Jerusalén es una ciudad de Oriente Próximo situada entre la ribera norte del Mar Muerto y el Mar Mediterráneo, capital del Israel, ciudad santa para las tres religiones monoteístas y con más de 5000 años de antigüedad. Objeto de lucha y guerras a lo largo ... de toda su historia, distintos países hegemónicos se han disputado su dominio y la han arrasado material y humanamente en incontables ocasiones. Aún hoy su pertenencia a Israel es rechazada por Palestina -que la consideran propia- y mucho más su reconocimiento de capitalidad, envuelto en una larga discusión de carácter jurídico-político en la que las encontradas posturas se dicen todas irrenunciables. Realmente para entender el actual estado de cosas, hay que dar un entretenido repaso a la historia, cada cual reclama su derecho y dar la razón a unos frente a otros no es nada fácil, pues ambas causas tienen su propio sentido.

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Tras la creación moderna del Estado de Israel en 1948, no fue hasta la Guerra de los Seis Días en 1967, cuando Jerusalén Éste volvió a las manos de Israel y desde entonces es su «capital eterna e indivisible». «Los Santos Lugares» es también una forma tradicional de denominar esta capital en eso que llamamos Occidente. La Torre de David en el barrio armenio con las Murallas de Jerusalén, la Plaza de Sión, el Knéset -el parlamento israelí-, el monte del Templo o Explanada de las Mezquitas, el Muro de las Lamentaciones o la cúpula bizantina de la Iglesia del Santo Sepulcro, son las fotos más características, ricamente descriptivas y definitorias de esta ciudad, patrimonio de la Humanidad desde 1981.

Junto a los lugares santos para el Cristianismo, el Judaísmo y el Islam, hay un espacio de visita obligada, Yad Vashem -Premio Príncipe de Asturias 2007-, el museo del holocausto judío. Su especial singularidad se explica sola, tras la persecución y muerte de más de seis millones de judíos por el nazismo hace algo más de medio siglo. Así que el peregrino no sólo ha de ir a ver el Santo Sepulcro o el Muro de las Lamentaciones y el resto de los lugares santos, sino que es obligada la visita a este centro internacional, museo histórico que a estas alturas ya ha identificado con nombres y apellidos a más de 4.100.000 víctimas y sigue buscando. Concretamente, nuestro hombre, en su visita oficial, tuvo el privilegio de ser recibido por la subdirectora Perla Hazam, israelí y española de Melilla, distinguida en 2012 con la encomienda del Mérito de la Orden Civil por su labor en el fortalecimiento de las relaciones de España con Israel y su labor por el recuerdo de la Shoá. Esta gran mujer, que como siempre reconoce, adora el flamenco, al despedirse -rompiendo todo protocolo- dijo a nuestro amigo: le voy a hacer un encargo y le entregó un billete de 20 shéquel. Éste, extrañado, le preguntó qué y ella, con una sonrisa, explicó: cuando llegue a España se lo da a un pobre de parte de Perla Hazam, es para desearle buen viaje, que usted llegue con paz y salud a su destino.

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