![La sequía y la vivienda nos quitan el sueño](https://s2.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/2024/03/23/web-carta-khWF-U2101907480401aWF-1200x840@Diario%20Sur.jpg)
![La sequía y la vivienda nos quitan el sueño](https://s2.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/2024/03/23/web-carta-khWF-U2101907480401aWF-1200x840@Diario%20Sur.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Algo tan impensable hasta ahora como abrir el grifo y que no salga agua se ha convertido en el mayor temor de los malagueños, según el último informe Madeca que presentó esta semana la Diputación de Málaga. Así es. La sequía es cosa seria y ... su impacto en el PIB andaluz no es para tomárselo a broma: un 2,1 por ciento en 2023, lo que se tradujo en una merma para la economía de la región de 4.270 millones de euros. La proyección en este año 2024 es un agujero de 4.525 millones. Para hacernos una idea: una media de 525 euros por andaluz. Y la razón es que sectores tan estratégicos como el agroalimentario o el turismo dependen mucho del agua.
Y el segundo problema que más nos quita el sueño es el precio de la vivienda, tanto para la compra como para el alquiler. Es de locos que en esta ciudad y en muchos puntos de la provincia sea misión casi imposible encontrar un piso de tres habitaciones por menos de 800 o 900 euros. Si el sueldo medio en Málaga es de unos 1.300 euros brutos al mes (18.280 euros en 14 pagas) y la renta media familiar es de 27.000 euros brutos, nos podemos imaginar los malabares que tienen que hacer muchos malagueños, simplemente, para vivir. Al escribir este artículo hice la prueba de buscar en un portal inmobiliario el alquiler más barato de un piso de tres habitaciones en la Carretera de Cádiz. El resultado fue el de una vivienda de 80 metros cuadrados en la avenida de la Luz por 900 euros. Y por las imágenes se pudo construir hace unos 50 años. Por lo menos.
Y algún apunte más. En Málaga se construyen al año unas 1.300 viviendas y la demanda es de, al menos, 3.000. Y no quiero recordar, lo cual sería bastante socorrido en estos momentos, la retahíla de promesas que hicieron algunos políticos en las últimas campañas electorales. Lo único cierto es que, actualmente, el Ayuntamiento de Málaga promueve 1.049 viviendas y que desde el año 2000 ha construido y entregado 5.331 VPO, de las que 2.541 son en régimen de alquiler y 2.790 en propiedad. Es decir, a una media aproximada de 220 viviendas al año. Una cifra baja pero que si se compara con las 98 viviendas protegidas construidas por la Junta de Andalucía desde 2000, que además tiene las competencias en vivienda, es todo un alarde constructor. La administración autonómica ha construido en Málaga en los últimos 24 años una media de cuatro, sí, cuatro, pisos por año. Es como para encerrarlos a todos en esos cuatro pisos.
La buena noticia, sin embargo, es que estos dos problemas tienen solución porque no dependen de coyunturas internacionales o económicas o de tendencias más o menos volátiles. Es decir, bastan decisiones políticas para superar estas preocupaciones y mejorar las condiciones de vida de los malagueños. Porque el problema de la sequía es hoy tan acuciante porque durante lustros las administraciones no se preocuparon lo más mínimo del asunto. Hay infraestructuras (desaladoras, trasvases, pantanos, etc.) que podrían paliar la falta de agua tanto para consumo como para riego. Sólo hace falta determinación e inversiones y, especialmente, una planificación ajena a los vaivenes electorales.
Los propios malagueños lo tienen claro; el 41 por ciento de los encuestados considera que la medida más adecuada para frenar el problema de la sequía es la construcción de desaladoras y el 22 por ciento, las inversiones en infraestructuras hídricas. En tercer lugar figura el ahorro de agua en los hogares.
Y en el caso de la vivienda ocurre algo parecido. Por mucho que se pretenda desviar la atención, todo es cuestión de oferta y demanda. Bastaría con poner suelo a disposición de la promoción de la vivienda protegida, agilizar los trámites y facilitar la financiación para la urbanización para dar un vuelco a la oferta de viviendas y a todo el sector. Lo que no puede ocurrir es que sólo la tramitación de un proyecto en un suelo urbano tarde en Málaga un año y que si requiere alguna modificación este plazo alcance los tres años. Todo muy normal.
Así las cosas, no resulta extraño que la política sea percibida como el principal problema a nivel nacional. Casi la mitad de los encuestados señala a la clase política como principal piedra en el camino, por delante del desempleo. Y no resulta sorprendente, después de tantas promesas incumplidas y tanta visión cortoplacista.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.