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Elena Moreno Schredre
Viernes, 7 de marzo 2025, 01:00
Roberto Saviano es un escritor italiano que vende millones de ejemplares de cada uno de los libros que escribe, mientras vive «una vida de mierda». ... Hace veinte años publicó su primera novela, 'Gomorra', las luces y las sombras de la mafia napolitana y la cosa nostra. Y su última publicación esta dedicada al asesinado juez antimafia Giovanni Falcone bajo el título 'Los valientes están solos'.
Tenía 26 años, era periodista y poseía talento literario cuando un profesor le aconsejó que se dejara de cuentos y que escribiera sobre la realidad. Roberto, a quien imagino con la espada justiciera de su juventud y sus ojos de gacela asustada, miró a su alrededor, a las calles de Nápoles, a las presiones y a las vendetas, a los cadáveres que escupía la madrugada mediterránea de su tierra y a las motos con el rostro de Maradona pintado en el depósito de gasolina, apuntando a los balcones. Supo que allí había una historia que contar y que había que hacerlo, con el acero de la verdad.
'Gomorra' fue un éxito internacional y la presencia del autor fue requerida en todos los programas de televisión y la prensa del mundo. El libro se llevó al cine, se hizo una serie, documentales, y entonces la vida de aquel muchacho que enamoraba con su atrevido relato y que soñaba con ser Hemingway fue cercenada por la certeza de una amenaza de muerte que no pudo ignorar. Se desconoce desde qué lugar del mundo concede una entrevista mediante 'zoom' y su dirección es un secreto nacional. Lleva veinte años escoltado, solo, porque en su situación únicamente puede soñar con la posibilidad de tener una familia.
Se me encoge el corazón y tengo ganas de abrazarlo cuando le escucho estas palabras: «Si pudiera volver atrás, le diría al joven que fui que no escriba 'Gomorra', me destruyó. Que lo hiciese diferente, no tan a corazón abierto. Más indirecto, más ficcionado, con otro nombre, no sé. Hoy tengo 44 años y he acabado bajo protección con una vida absurda. No ha merecido la pena». Yo le entiendo, todos los escritores y periodistas le entendemos y sabemos la delgada línea roja que separa la ficción del duelo. Que levante la mano el que no tuvo la tentación de escribir de qué estaba hecho el silencio de las calles de Euskadi en los 'años de plomo'.
Bajo el asfalto que pisa mi querido Saviano está esa verdad de sangre que casi siempre se convierte en silencio, y como ya he dicho en más de una ocasión, la historia levanta acta de los acontecimientos, pero los escritores lo hacemos con las emociones de quienes los viven. Un abrazo, Roberto, allá donde te escondas.
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