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El paso del tiempo parece ralentizado, pues los sucedidos son muchos menos. El encierro a ratos hurta acción a los naturales protagonistas, que encarnan menos hechos que nunca. Después de año y medio largo de virus, algunas verdades oficiales menores cohabitan con otras realmente versadas. ... A la discrepancia habitual en la toma de medidas protectoras contra la propagación del SARS-cov-2 se unen también las dudas acerca de su origen. En Wuham, que mantiene un papel central aun a fecha de hoy, la existencia de importantes laboratorios y algunos institutos científicos biológicos, no es óbice para que se siga insistiendo en la teoría del mercado local como origen propagador. A los que insisten en especular con que este virus escapara de uno de los laboratorios de esta ciudad china se les reprocha la falta de pruebas por quienes defienden lo contrario, aún también sin pruebas. Es más, poner en duda el relato del murciélago y el posible pangolín u otro animal que albergase al virus hasta el contagio humano no está bien visto por determinadas instancias, en ellas -en su seno-, es políticamente incorrecto. Ello a pesar de las publicadas dificultades de todos conocidas para el feliz desarrollo de la misión de la OMS, que recientemente se desplazó a Wuham para investigar el origen de lo que hoy es una grave pandemia mundial. Los obstáculos servidos por las autoridades locales chinas para llevar a cabo esta investigación son sospechosos a priori y sólo una explicación detallada y coherente puede ilustrar otra cosa.

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