Todo está dispuesto y el hombre que nos engañó una y otra vez, a todos y cada día, ha perpetrado los pactos para investirse a la voz de ya. Usando una superficialísima estética lingüística continúa en su camino emprendido hacia la «gloria», nada puede pararlo. ... Es infamante ver el papel de Bolaños, la Montero de Hacienda, Santos Cerdán y el resto, ciegos de veneración a su particularísimo líder. Aunque Sánchez -está descontado- acabará por saltar, cuando la nave arda ya por todos lados pegará un brinco hacia las instituciones europeas o, incluso, de la OTAN. Algunos de sus colaboradores irán con él, otros quedarán estacionados para siempre.
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La inmensa soberbia de acometer la cesión de España a las peticiones de grandísimo calado e injusticia que sus socios le han reclamado y ser autor de una transformación que abole siglos de legislación y pertenencia es algo verdaderamente perturbador. No es fácil ponerse en la cabeza de Sánchez, atreverse a alterar y determinar profundamente las estructuras del estado requiere un concepto de sí mismo y de su papel muy por encima de lo razonable. Pero aún es más inexplicable que impulse naciones o amnistíe golpistas sin contar con el aliento social, que lo aborde en medio de un descontento exponencial y un reproche inocultablemente tan elevado como desconocido. Nadie en su lugar osó nada parecido en la breve historia de la democracia constitucional de 1978. Nadie creyó nunca estar revestido de la suficiente autoridad moral para acometer cambios tan relevantes y tan numerosa e institucionalmente rechazados. Su egoísmo, su ambición o su característico desconocimiento y tácito desprecio de valores y principios o su confusión acerca de la firmeza o la ética son proverbiales. Todo ello le ha llevado, por ejemplo, a trastocar la interpretación de sabios dichos tradicionales como «hacer de la necesidad virtud» o de «el fin justifica los medios» en lo contrario de su sentido. Nunca podremos conocerlo suficiente ni desentrañarlo por entero, aunque cada vez nos sorprenderá menos su apostasía permanente, baste pensar que todo lo puede comprometer; y todo es todo. Hasta aquí ha demostrado no tener límites, pues aquéllos de los que ha hecho gala o mención los ha traspasado uno a uno.
En fin, Sánchez no durará siempre, ni siquiera lo hará mucho tiempo, pues no se puede uno enfrentar a tantos a la vez. La aritmética parlamentaria nunca estuvo tan viuda, aunque los 179 votos le otorgarán la investidura a la primera y con un envolvente éxito formal. Eso sí, frente a sus pactos y cesiones, la anunciada amnistía, la irrupción vergonzosa de la 'lawfare', los mediadores internacionales, el cantonalismo fiscal o el compromiso de hacer preferentes y privilegiados a unos sobre otros, expresamente se han pronunciado todas las asociaciones de jueces -todas-, todas las de fiscales, los jueces decanos, el Consejo General del Poder Judicial, los diplomáticos, la asociación de inspectores de Hacienda, los inspectores de trabajo, los abogados del Estado, una buena parte de los colegios de abogados, las sociedades civiles como tales inscritas, el mismísimo Page, Felipe González, Guerra, Redondo, Leguina, Rodríguez Ibarra, distintos y sonados personajes mediáticos hasta aquí afines, bufetes de abogados independientes... Y más.
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