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Aprovechando la celebración del 40.º aniversario de la victoria de Felipe González, Pedro Sánchez se abrazó al viejo líder del socialismo y no escatimó elogios hasta prácticamente investirle como fundador de la democracia en España. Todo era poco para intentar borrar algunos desaires de ... los sanchistas más acérrimos como Adriana Lastra que habían relegado al PSOE de Felipe y Guerra al baúl del pasado. «Ahora nos toca a nosotros», decía la exportavoz parlamentaria. En la batalla electoral que se acerca, Pedro Sánchez no puede permitirse una fuga de votos socialistas y es consciente de que los felipistas de toda la vida son muy críticos con su política de alianzas y la deriva populista que ha llegado a cuestionar el modelo de la Transición. El acto de Sevilla fue un 'do ut des' entre un Felipe González obsesionado por el reconocimiento de su legado político y como referente de la historia del PSOE y un Pedro Sánchez que necesita con urgencia una transfusión de aprobación y consideración del viejo partido. Unir el sanchismo y el felipismo en su persona para conseguir la acumulación de fuerzas que le permita afrontar las próximas generales sin grandes fugas del voto histórico socialista. De hecho, el PP de Feijóo está haciendo gestos y guiños hacia ese socialismo crítico con Sánchez hasta el punto de confesar que él también votó 'Por el cambio' a Felipe González en el 82.

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diariosur Sánchez, Felipe y Barrionuevo