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Hace 4 años, en esta misma columna, mostraba mi preocupación respecto a Unicaja Banco y mis temores sobre maniobras torticeras para supeditar los intereses generales de la economía de Málaga y su «músculo financiero» a los de algunos que han gestionado el banco como si ... fuera un cortijo. En ese momento (2017, salida a bolsa), señalaba que existía un peligro real de que un banco de gran envergadura entrara a saco en la entidad y en poco tiempo se diluyera en el entramado de su nuevo dueño. El riesgo era real, lo que pasa es que por fortuna el Sr. Medel no logró vender Unicaja al Santander para garantizarse un puesto en el consejo de administración de uno de 'los grandes'. Pero es evidente que con 30 años reinando sin apenas oposición y haciendo y deshaciendo a su antojo, el carácter del actual presidente de la fundación bancaria le lleva a creer que todo lo puede y nada lo para. Es una situación inadmisible que tras los debidos requerimientos por parte del Banco de España sobre la eventual ilegalidad en la percepción de retribuciones por parte del Sr. Medel en representación del banco, la Junta de Andalucía archivara el expediente abierto. Una elemental lectura del art. 80.1 de la Ley 15/1999, de 16 de diciembre, de Cajas de Ahorros de Andalucía pone de manifiesto la ilegalidad de esos cobros, y resulta bochornoso que los sucesivos gobiernos hayan mirado para otro lado a pesar de las informaciones que diversos medios han publicado sobre la materia.

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