El nuevo disco de Rigoberta Bandini se llama 'Jesucrista Superstar'. Ahí, tirando de la modestia. Nada 'demure', recatada. Si Pedro Sánchez sacara discos, el último también podría llamarse así. Aldama lo llamó mitómano. La primera acepción de mitomanía es «tendencia morbosa a desfigurar, engrandeciéndola, la ... realidad de lo que se dice».

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El principio de la intervención del presidente este miércoles en el Congreso, por citar su penúltima actuación, es algo así. Que el Gobierno de España cumplió con sus responsabilidades desde el primer momento. ¿Primer momento? Nadie. Ni su Gobierno ni el autonómico. Que se lo digan a Posteguillo, que dudaría desde Paiporta estar en una remota isla del Pacífico, como los de 'Perdidos', y no en España. No dudo de que, como dijo en el congreso de UGT, vaya a seguir «tres años y los que vienen». Porque le sigue funcionando lo de que sus dificultades se deben a «las fuerzas de la ultraderecha». Al demonio superstar.

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