A veces, las buenas intenciones chocan con lo que a la gente le viene bien. En el Ayuntamiento de Barcelona tienen un lío por una reforma del modo de cambiar los nombres de las calles, que el PP no sacó adelante porque se han quejado ... los vecinos de Gracia. No quieren que Santa Águeda, Santa Rosa y Santa Magdalena se cambien por Àgata Badia i Puig, Rosa Puig Rodon Pla y Magdalena E. Blanc. Eran de la familia dueña de los terrenos, pero en el s. XIX no se ponían nombres de mujeres a las calles y optaron por sus santas.

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Recuperar y significar el nombre de esas mujeres puede parecer una buena acción, pero una mala decisión si en lo que se piensa es en el ciudadano. Un trastorno para comerciantes y vecinos. Hasta han recordado que Santa Ágata es la patrona protectora de las mujeres con cáncer de pecho, de las mujeres maltratadas y de todas las mujeres. También de las vecinas a las que estas buenas intenciones feministas les suponen un incordio.

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