El cuchillo más grande de mi casa está cerca de la puerta. Encima de un mueble. No se ve. Pero con levantar el brazo está a mi alcance. Algún amigo se ha reído de mí. ¿Para qué tienes ahí ese cuchillo? Por si lo necesito. ... Mi madre solía llevar en el coche uno todavía más grande. Si hubiéramos sido de Texas en lugar de haber nacido en Murcia habríamos tenido armas de fuego.

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El otro día un tipo a falta de muchos hervores acuchilló y mató a un niño en España. Ahora el Estado Islámico reivindica el asesinato a cuchilladas de tres personas en Alemania. El Gobierno quiere limitar la circulación de navajas y cuchillos. Como si la vida normal fuera ir en avión o estar preso. Por lo visto, se han dado cuenta de que con unas armas de acceso tan fácil se pueden cometer crímenes brutales. Es verdad que la prohibición se pretende para la vía pública. En las casas podríamos defendernos y atacar. Aunque necesitaríamos salvoconducto desde la tienda.

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