Leo un artículo donde se preguntan por qué ya casi no comemos conejo. Y me siento tan fuera del mundo como con el escándalo de los universitarios de Logroño. ¿Que no se pueden decir burradas en un grupo de WhatsApp? Otra cosa son las novatadas. ... Habrá que recordar lo del colegio mayor Elías Ahúja. Aquello fue a grito pelado. Aquella otra denigración de las mujeres. Los gritos de putas. Hubo una denuncia a la Fiscalía, no de las que recibían los gritos, sino del Movimiento contra la Intolerancia. Se archivó. No había delito de odio, pese a lo irrespetuoso o insultante para las mujeres.

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La Universidad de La Rioja puede tomar las medidas que quiera, pero escribir «últimamente son muy putas todas» o «hay que partirles las bragas» en privado no parece para echarse las manos a la cabeza. Pam pide «medidas serias para que el machismo deje de ser algo habitual». A ver qué se le ocurre para que el agua no moje. Yo me voy a comer un arroz y conejo.

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