![Los retos de la nueva Fundación Unicaja](https://s2.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/202206/18/media/cortadas/web_Sur_6-junio-19-kKEC-U170464025681KY-1248x770@Diario%20Sur.jpg)
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La Fundación Unicaja es una de las entidades más importantes de Málaga y Andalucía. Y no sólo por ser la máxima accionista del quinto banco de España (Unicaja Banco), con un 30 por ciento del capital, sino por su papel en el apoyo y dinamización ... de proyectos sociales, culturales, deportivos, solidarios y emprendedores. Esta es su verdadera misión, el eje sobre el que debería girar toda su gestión. Lo que ha ocurrido durante la presidencia de Braulio Medel ha sido una anomalía, porque se convirtió en una herramienta al servicio de intereses personales que nada tenían que ver con el origen y filosofía de una fundación inspirada en la histórica vocación social de las cajas de ahorros y montes de piedad.
Una vez que Medel ha dejado la presidencia –con una resistencia inaudita, por cierto–, su sucesor, José Manuel Domínguez, tiene el reto de fortalecer la entidad hasta dotarla de un aire más profesional, menos politizada, con mayor presencia de mujeres y capaz de ser un reflejo de la sociedad malagueña y andaluza. Y en esa tarea va a tener también un papel fundamental el actual director general, Sergio Corral, una persona con reconocido prestigio tanto en el ámbito financiero y de gestión como entre la sociedad malagueña. Domínguez y Corral, presidente y director general, tienen la misión de relanzar una fundación esencial para Málaga e imprescindible para defender como accionista el buen funcionamiento de Unicaja Banco y su arraigo malagueño y andaluz.
Porque la Fundación Unicaja tiene dos retos principales. Por un lado, consolidar su obra social y, por otro, intervenir con decisión en el consejo de administración de Unicaja Banco para devolver el sentido común y garantizar el cumplimiento del proyecto de fusión con Liberbank y de la ecuación de canje, establecida en 60 por ciento para Unicaja y un 40 por ciento para Liberbank. Porque no es un secreto que los cuatro consejeros dominicales representantes de la Fundación Unicaja en el banco –Juan Fraile, María Teresa Sáez, Petra Mateos-Aparicio y Manuel Muela– subvirtieron esa ecuación de canje y ayudaron por indicaciones de Medel a poner el banco en manos de los ejecutivos de Liberbank, lo que ha supuesto no sólo una pérdida de arraigo del banco con Málaga y Andalucía sino el traslado de muchos servicios a Madrid, Toledo y Asturias. Estos cuatro consejeros dominicales han quedado señalados por la decisión de Medel de abandonar el cargo por provocar una inédita crisis de gobernanza y reputacional tanto en la fundación como en el banco. Sería difícil explicar que, tras la marcha de Medel, cuestionado por el propio Gobierno y por los supervisores financieros, no se produjera una oleada de dimisiones entre quienes han defendido de forma inquebrantable, casi ciega, su gestión.
Las dimisiones de Ana Bolado, Manuel Conthe y Manuel González Cid como consejeros independientes de Unicaja Banco refrendaron ante los supervisores y el mundo financiero la grave crisis de gobernanza del banco, que debiera solucionarse cuanto antes. Hay pocos antecedentes de la salida con cajas destempladas de tres personas con tanto prestigio y reconocimiento en el mundo de la banca. La marcha de los tres fue, sobre todo, un duro golpe para la imagen del banco y su buen gobierno. Por eso la Fundación Unicaja debe actuar con rapidez, firmeza y decisión para defender su papel de máximo accionista del banco y de garante del mismo. No deberían caber medias tintas. Y esto pasa también por la renovación del Patronato de la Fundación.
Es bochornoso que a día de hoy todos esos patronos que actuaban al dictado de Medel no hayan puesto sus cargos a disposición del presidente o que directamente hayan dimitido. Mientras la Fundación La Caixa incorpora a patronos de la talla de Pablo Isla (exCEO de Inditex) o a José María Álvarez-Payete (CEO de Telefónica), Medel se encargó en meter y mantener a sus amiguetes, el último de ellos (Filippo Faraguna, su mano derecha y a quien nombró director de la Obra Social cuando era presidente del banco) minutos antes de formalizar su salida.
Pero que nadie se equivoque. Medel sigue empeñado en enredar en la Fundación. Quiere quedarse como presidente de otras fundaciones dependientes de Unicaja para así tener despacho, secretaria y coche y maniobrar dentro del Patronato. Por eso tanto empeño en evitar que se evalúe su idoneidad –para lo cual ha contado con la inestimable colaboración del PSOE–, porque lo más probable es que el informe hubiese constatado su incapacidad para ostentar cualquier cargo, por pequeño que fuese, en la Fundación Unicaja.
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