Respeto al creyente

¿Se han medido las consecuencias reales? Si hay quien no respeta ni a su madre, ¿va a respetar a Cristo, a su madre o a Mahoma? El escenario podría ser, cuanto menos, complejo. El Gobierno podría tenerlo difícil para eliminar el delito contra los sentimientos religiosos; pero el solo plantearlo es preocupante.

Hagamos cuentas: ¿A cuántos millones de españoles representan la Comisión Islámica de España, la Federación de Comunidades Judías de España, la Conferencia Episcopal Española o la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España? Más completo aún, ¿cuántos españoles son creyentes? ¿No se merecen que las leyes protejan sus legítimos sentimientos religiosos?

La derogación del delito contra los sentimientos religiosos, incluido dentro de los relativos al ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas y específicamente dentro de los delitos contra la libertad de conciencia, se justificó para dar mayor protección a la libertad de expresión. ¡Digo lo bien!, como dicen en mi barrio. Vamos a ver: es el derecho de los creyentes a poder vivir la fe en un clima de respeto a los sentimientos religiosos, amparados por otros derechos también protegidos constitucionalmente, como el derecho a la libertad religiosa, de conciencia, dignidad e integridad moral lo que habría que también proteger.