Por ahora

Resistir y empujar

Domingo, 5 de noviembre 2023, 01:00

Desde Waterloo a Bruselas, sin pasar por Barcelona, Puigdemont, «el president destronat i pròfug», maneja los tiempos y acaricia los detalles de su venganza. Más allá de la ausencia total de escrúpulos de Sánchez, Bolaños o Cerdán, cabe apuntar que están siendo algo incautos. A ... la postre de la «negociación discreta» -las reuniones opacas e inconfesables-, este famoso trío ha acabado por poner tanto en manos del hasta aquí presunto delincuente, que él y sólo él decide el futuro. La bonita, emocionante y enternecedora foto de Bolaños firmando un importante capítulo de la rendición con Junqueras o no gustó en los cuarteles hispano-belgas de Junts o la estaban esperando para dar alguna que otra campanada. Algo no fue como esperaban los componentes de la comisión del tocomocho político y constitucional que nos ocupa y Puigdemont no firmó. La hoja de ruta, por la cual la famosa proposición de ley de la amnistía, ésa a la que los más cafeteros se refieren como ¿qué amnistía? y los revestidos de juristas poco menos que aconsejan que ni se nombre hasta que no se presente, debata, apruebe y esté aplicándose... Esa hoja de ruta, que contaba con tener presentada la iniciativa del secreto a voces en el Registro del Congreso el pasado jueves, no ha sido satisfecha porque el «president inimaginable» todavía no dado luz verde.

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En Moncloa los más optimistas y reptantes creen que al final no habrá problema, ya que a Puigdemont le va la suerte personal en ello, pues un paseo por la Rambla es un lujo con el que sólo podrá soñar si estampa su firma al pie de esta página vergonzosa. Pero éste no es el único obstáculo, ya que las muestras de enfado y repudio de todo este proceso de rendición de España -Sánchez dice comandarlo «en nombre de España», además- están resultando vigorosas, versátiles y masivas. Si finalmente don Carles acepta -que sigue siendo lo probable-, todo indica que habrá una gran resistencia institucional, profesional y social; no será coser y cantar. Cuestiones de Inconstitucionalidad, recursos de lo propio, el escollo del Senado con una mayoría de rechazo, asociaciones cívicas, grupos sociales, medidas populares de protesta, acciones judiciales colectivas y particulares, muestras de descontento e iniciativas aún por determinar y conocerse. Esta vez la técnica del escándalo a encaramarse por encima de otro escándalo y hacer olvidar el precedente no va a valer, pues este asunto es de un calado tan grande que se desconoce su alcance.

Hasta aquí la hipótesis del 'alea jacta est': «Se asume que hay un cambio de opinión, se cede lo que haga falta, se procede a la rendición incondicional del Estado por escrito y la investidura está hecha». Lo previsto. Pero, ¿y si el desarreglo negociador va en serio y el jefe de Junts decide declinar la entregada oferta del sanchismo? Piénsenlo, en ese caso, con la investidura o no celebrada o sencillamente no lograda, Pedro Sánchez tendría que esconderse. Es más, los pactos -hasta aquí con Sumar y ERC- serían papel mojado y la amnistía -¿qué amnistía?-, sugerirían que se trataba de una especie de bulo, o que era poquita cosa... Y más. Todo puede pasar.

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