Puente, reprobado

La mayoría absoluta de la que goza el PP en el Senado le permite utilizarlo como caja de resonancia y para anotarse victorias que, en ... el caso de la tramitación de leyes, el Congreso ha transformado posteriormente en derrotas. La reprobación del ministro de Transportes, Óscar Puente, por «el caos en los servicios ferroviarios» el pasado verano que aprobó ayer por la Cámara alta no pasaría de ser un episodio más de esa estrategia opositora, con un limitado recorrido político, si no hubiese contado con el apoyo de Junts y ERC, socios de Pedro Sánchez en la investidura, que sumaron sus votos a los de los populares y Vox. Aunque los serios problemas en las Cercanías de Cataluña hagan a ambos partidos especialmente sensibles a ese asunto, su pronunciamiento es una advertencia a un Gobierno en serios aprietos por la falta de apoyos para sacar adelante la senda de déficit, los Presupuestos del próximo año y cualquier iniciativa en el Parlamento ante el desapego de la formación de Carles Puigdemont. El acuerdo del Senado -similar a otros adoptados contra Félix Bolaños y Fernando Grande-Marlaska- carece de afectos prácticos más allá de confirmar que Puente tiene demasiados enemigos.