Prosas a la oposición (sic)

INTRUSO DEL NORTE ·
El PP debe dejar de ser muletilla del sanchismo. Mi perro y yo pensamos así

Jesus Nieto Jurado

Lunes, 30 de noviembre 2020, 07:37

La Historia es cíclica (perdón por la mayúscula de mi primo Juan Manuel de Prada), y la historia del PSOE era el abismo hasta que ... llegó un tal Pedro Sánchez. Antes de Sánchez todo era un ir infartándose los 'barones belloteros' (Sampalo dixit) y Susana se ponía una bandera de España y, mal que bien, se llevaba aquello. Pero nadie controló el poder ágrafo de Adriana Lastra, que ha encanecido aún más a un Felipe que vuelve a estar para la Tirreno-Adriático. Ahora parece que la consigna de Ferraz es silenciar al expresidente y, así, vamos entendiendo muchas cosas de este Frankenstein de la coalición.

La cosa es que Adriana Lastra, con ojeras de militancia y dinamitera astur de lo que le interesa, le ha dicho al PSOE de siempre que molesta, que ya el destino los mandará al patio de los callados como ya mandara (este '«mandara' lo permite la RAE) a Rubalcaba. Sánchez no descolgaba el teléfono a Rubalcaba, pero, como dice Carlos Herrera, Sánchez se hizo la viuda en su entierro con esa cosa que tiene de muñeco de tarta de boda.

Pasa que yo, que me voy a los Montes por Olías lamiendo el límite municipal, tengo tiempo para pensar. Mucho tiempo. Tanto que Rous ya me ha hecho un retrato para cuando sea ministro en una España que espero que se llame España. La cosa es esperar, y espero, porque quiero ser de Medio Ambiente y todo apunta a Cultura.

Y espero, espero tanto que veo a Lastra arrogarse la juventud que imagino en Bea Fanjul y su sonrisa hermosa y luperciana y sus palmeros imberbes vestidos por 'El Ganso'. Pero más allá de esto, lo de Fanjul es una sonrisa que puede meterle al constitucionalismo ese rock and roll que le falta y ese descaro de quien se ha enfrentado a los piojosos abertzales de Galdácano y baila un aurresku sobre la tabla y sobre la ola gorda de Mundaka. Fanjul no es Cuca Gamarra ni Teo: albricias.

De Fanjul a Lastra va mucho: si la asturiana es aparato, la otra es naif y verdaderamente joven y no entiende los resabios que lleva uno, con el peso de los años y del dolor de ir cambiando de ideas por ser feliz junto a toda la humanidad. Yo es que ya no creo ni en enmiendas ni en que esto cambie a medio plazo.

El jueves me vuelven a la jaula. A Madrid. A quitarme de la humedad fría de Málaga y a ver pavos sin pavos, calles sin calles, y Simón en los telediarios como perdonándonos la vida.

Ha nevado, como predije, en La Maroma y veremos a ver lo de las navidades que serán más navidades para los etarras. Las cabras hispánicas chupan hielo, los de Sedella suben con crampones y también se aprende a subir. Fanjul tiene que guitarrear y surfear la ola de Mundaka y un PP más que indolente.