Sr. García .

Programa, programa, programa

CARTA DEL DIRECTOR ·

Los ciudadanos ya no confían en la gestión de los partidos políticos y quizás por ello las propuestas cara a las municipales están llenas de generalidades vacías e inconcretas

Manuel Castillo

Málaga

Domingo, 12 de febrero 2023, 00:05

Uno de los legados de Julio Anguita fue esa frase de «Programa, programa, programa» con la que intentó enfatizar el compromiso que un partido debe tener con los ciudadanos en el cumplimiento de sus iniciativas electorales. Es verdad que los candidatos nunca han tenido un ... excesivo celo a la hora de cumplir sus promesas, hasta el punto de que parece que todos hemos asumido con el paso del tiempo que lo que se dice en campaña casi nunca es verdad. O que casi nunca se va a cumplir.

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Aún recuerdo, cuando cubrí la campaña electoral de 1995, cómo Celia Villalobos presentó a bombo y platillo el proyecto de regeneración del cauce del río Guadalmedina en Málaga. Ya han pasado casi 30 años y han sido muchos, de uno y otro partido, los que, en este sentido, han lazado ideas que quedaron en papel mojado. Sería innumerable la lista de actuaciones varadas en los despachos municipales de toda la provincia que se rescatan cada cuatro años para intentar deslumbrar al electorado. Y luego, carpetazo de nuevo.

Es cierto que hay excepciones. Algunas de ellas llamativas, como la del alcalde de Estepona, José María García Urbano. En su despacho tiene un cronograma con las cien medidas de su programa electoral. Hasta la fecha, a falta sólo de unos meses para el final de la legislatura, ya ha cumplido 97 y las tres que faltan no las podrá cumplir porque dependen de las administraciones estatales de Costas y Carreteras. El regidor de Estepona lo llama «ética de lo concreto», porque intenta escapar de generalidades y se compromete con acciones concretas y visibles. «Se trata de anticipar la acción global de gobiernos y que los ciudadanos se impliquen y consideren como propio el programa electoral. No se puede ser genérico», insiste García Urbano.

Debería ser un ejemplo a seguir esa forma de gestionar, certera y despojada de esas vaguedades que inundan los programas como progreso social, conciliación familiar, alimentación saludable, ámbitos de oportunidad, telegestión, eficiencia energética, atención de proximidad, fiscalidad moderada y sensible y tantos y tantos palabros que significan todo y al mismo tiempo nada. Menos rollo y más manteca al bollo, decíamos en el colegio. Pues eso. En esta época de la transparencia ha llegado el momento de que los compromisos electorales y políticos puedan ser auditados y contrastados para que se pueda evaluar el grado de ejecución. De otra forma la gestión queda al albur del momento, de impulsos e incluso de ocurrencias.

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Porque esta provincia, y no es la primera vez que se escribe en estas páginas, necesita un nuevo impulso que saque del marasmo administrativo un montón de proyectos urgentes y necesarios.

¿Por qué ya nadie habla –o se atreve a hablar– del tren del litoral hasta Estepona? Por Málaga han pasado ministros de Fomento de todos los colores prometiendo esta infraestructura y todos han demostrado su falta de palabra. Los socialistas Pepiño Blanco y Magdalena Álvarez y los populares Ana Pastor e Íñigo de la Serna llegaron, prometieron y se fueron. Y hasta ahora. Es verdad que este proyecto no es municipal, pero tampoco se observa ganas de presionar y exigir una infraestructura a todas luces imprescindible para el desarrollo de la Costa del Sol.

¿Por qué no una plataforma política en la que intervengan alcaldes y municipios que se unan para reivindicar la línea ferroviaria hasta Estepona? La pregunta se contesta sola y llega a ser un brindis al sol porque nadie parece dispuesto a anteponer los intereses de su ciudad a los de su partido. A las pruebas de los últimos lustros me remito. Y pasa igual con la conexión por tren de la Axarquía, una idea invisible para la mayoría de los líderes políticos.

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Si Madrid tiene la línea 12 del Metro con una longitud de 40 kilómetros, ¿por qué la provincia de Málaga no puede tener una línea de metro –o de Cercanías– por toda la costa? La miopía municipal debe dejar paso a una visión para transversal de la provincia con proyectos comunes que aglutinen esfuerzos y reivindicaciones al margen de los colores políticos. Si es que eso es posible en este país.

Y ahora que se acercan las municipales, habría que pedir concreción y compromisos. De los de verdad, no de esos que quedan bonitos en un papel que luego nadie, o casi nadie, lee. Desde la farola de un barrio hasta un tren, caso por caso, calle por calle, obra por obra. Sólo así se podría recuperar una confianza que hoy por hoy anda perdida por el cúmulo de incumplimientos que caracterizan las campañas electorales de este país. Y de esa provincia. Veremos.

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