El presidente Sánchez y el doctor KK

No a todo el mundo termina de caerle bien el presidente Pedro Sánchez. Pablo Iglesias tampoco parece que ganaría el concurso de Míster Simpático y, lo más sorprendente, es que gente preparadísima prefiera dirigirles insultos zafios antes que argumentar su descontento. Yo, que tiendo a buscar el lado bueno de las cosas, encuentro al menos reconfortante el primer apellido del presidente en esta Semana Santa confinado en casa. La primera sílaba de su apellido, San, es el apócope de santo, la misma sílaba que los japoneses colocan tras su nombre y nosotros ante el nombre de algunos hombres buenos. Hay santos para todos los gustos y podemos elegir a aquel con quien más nos identifiquemos o que ya nos gustaría. Algunos nacieron ya sufriendo, pero otros llevaron mejor vida. Me quedo con San Agustín, el hombre culto que le dijo a Dios que le enviase castidad, pero todavía no. Claro precursor del 'mañaana' de José Mota. La segunda sílaba del primer apellido del presidente es todavía mejor, chez, que en francés significa en casa. Al presidente Sánchez (otra cosa buena es que se apellida como la mitad de los españoles) le acusan de errático y de pusilánime, apocopado, justo ahora que por el mundo aparecen líderes alfa. Más que pensar en el húngaro Urban hay que señalar a Rodrigo Duterte, cuyo apellido rima con muerte, el último de Filipinas. Último porque como siga con su política dura van a quedar pocos. Esta semana, en un discurso televisado, ha informado a la población de su orden a la policía de «disparar a matar» a quien se salte el confinamiento. Toda mi solidaridad para los filipininos que saquen a pasear de noche a su chihuahua oscuro. Carne de cañón.

La pandemia ha puesto patas arriba lo que ya estaba medio patas arriba y pilla a mucha gente enfadada. Quizá demasiado enfadada. Todos tenemos un epidemiólogo dentro y sabemos qué había que haber hecho y qué hay que hacer a partir de este momento. Los que tienen un epidemiólogo fuera, los verdaderos expertos, también abundan, así que podemos apoyar cualquier ocurrencia citando a alguien importante. Además, ¿quién va a pararse a comprobar nada con la que está cayendo? Yo leo a todos y todos me convencen, menos el señor Duterte. Sigo con especial interés a un especialista en Salud Pública de la Universidad de Birminghan, quien recomienda el uso de las mascarillas pues, aunque no sea del todo infalible, mantiene, es mejor que nada. Lo que me atrae de este especialista no es su apellido sino su nombre, quizá en la UMA no habría sido por ello bien recibido. Se trata del doctor KK Cheng. Ya tiene que ser bueno para que le hagan caso llamándose doctor KK.