Pensar en España
INTRUSO DEL NORTE ·
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INTRUSO DEL NORTE ·
Es buena idea que la ciudad acoja anualmente a hispanistas sesudosPensar en España. En Málaga lo más granado del hispanismo ha pensado en España, en el Rectorado del Parque y para un alumnado que es ... más de bombillas navideñas que de luces. Pensar en España como ejercicio intelectual necesario para callarle la sinhueso a Rufián, o al champiñón intelectual que comanda Perú, o a todos aquellos que reniegan de la patria por esnobismo. Yo pienso en España y, claro, he tratado con hispanistas que viven de intentar desentrañar -pasando los Pirineos- esta verbena de Benicarló que es aquí España. Es una gran idea que Málaga piense en España, tranquilamente hablando, como decía el poema. Yo pienso en España en el espigón de Pedrega, cuando atardece, y el alma me tirita por miedo a lo desconocido y miedo a lo demás. Pensar en España es lo más sano y está fetén que Alfredo Taján haya comandado esa reflexión necesaria en la ciudad alegre y confiada ahora que por Madrid van diciendo que somos la segunda capital.
El hispanismo, si acaso, tiene un problema: el de la permanente tragedia para sostener el relato del objeto trágico que somos. O lo que es lo mismo, que el laberinto español no tiene salida y queda España así, en gerundio, que es lo que le interesa al vecino sarraceno y a los golpistas de Lledoners. Ya digo que eso de darle vueltas a España, gloriosa y cuestionada de sí misma, es algo saludable para las meninges. Y se sabe que España, nación vetusta, tiene mucho de imaginario de gónadas de los tercios sin nadie que haya cantado, con paz y sano patriotismo, a la Historia que fue. Entre la unidad de destino en lo universal y el mero Estado funcionarial hay muchas tonalidades que hunden sus raíces en el misterio y hasta en la buenaventura. Poco se habla de la Transición, que si bien no fue un paseo, fue ejemplo para la Europa que nos contemplaba. Eso, y el milagro actual de que los coches circulen y los trenes no descarrilen, y el sol salga para todos a pesar de Pedro Sánchez.
Pensar en España no es una matemática, ni una excusa para que la viuda de Lorca (Gibson) se enriquezca dejándonos como una manada de orcos. Que España es un país de cainitas, porteras y envidiosas lo sabemos; pero también es el país que dio carta de Humanidad a los indígenas y llevó el romance y la civilización a los confines del mundo. Un hispanista de fuera tiene la distancia, un hispanista de dentro sabe que eso de la España plural es un cuento, y que para plural la provincia de Palencia.
Hay que pensar en España más a menudo y no está nada mal que en Málaga, cada año, gente brillante se dedique a reflexionar sobre nuestra propia sangre ahora que nos quieren dejar exangües. Y que cale el mensaje.
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