Secciones
Servicios
Destacamos
En la política las verdades transitan en un mar complejo que también contiene parcialidad, inexactitudes, legítimas subjetividades, rumores, globosondas, desinformación y hasta algunas conscientes manipulaciones de la realidad. A veces, el precoz ejercicio de la crítica por alguna cuestión menor y más que opinable apuntala al dirigente criticado ante situaciones parecidas, precisamente por lo inadecuado del episodio anterior.
Sánchez es un personaje cuya deriva, en el futuro inmediato, será objeto de un concurrido estudio sin duda y por muchas razones. Son muchas las cuestiones a las que el Presidente del Gobierno se refirió para hacer exactamente lo contrario a continuación. «No pactaré con Bildu, lo puedo decir veinte veces», «no formaré gobierno con Podemos -no podría dormir por las noches-», «no me cabe ninguna duda de que los dirigentes del referéndum ilegal del separatismo catalán han cometido rebelión y sedición»...También es cierto que nunca contestó a la insistente pregunta de periodistas y políticos sobre su voluntad de conceder el indulto a los golpistas condenados, algo traslucía, por tanto.
Aquel viaje a Castellón en falcon para asistir a un concierto de rock fue todo un aviso de una no esperable actitud, que sin embargo ya ha mantenido siempre. Vacaciones largas y muy onerosas en momentos quizá inoportunos con gran despliegue de medios públicos agazapados como nunca en «motivos de seguridad». Y luego la pandemia, una muy discutible gestión de la misma, la inicial sospecha de mantener la convocatoria del 8-M cuando las luces de alarma ya estaban encendidas, la dispersa actuación legislativa colando una reforma de la ley de Educación o al vicepresidente Iglesias, incluyéndolo en la Comisión del CNI. Y, por supuesto, los malos resultados de las medidas de contención del contagio del virus. La alardeada victoria del «salimos más fuertes», «hemos vencido al virus» o «con nuestra actuación y el estado de alarma hemos salvado más de 450.000 vidas». Después, con la fortísima irrupción de la segunda oleada, un sospechoso silencio como si estas palabras nunca se hubieran pronunciado. Es relativamente frecuente que algunos dirigentes políticos anuncien proyectos que no se hacen finalmente o pronunciar determinadas afirmaciones que acaban por resultar inciertas, pero nunca con tanta densidad y número como en el caso de Pedro Sánchez, que bate todos los récords conocidos. También en este ensayo permanente, pudimos asistir a sus interminables y vacuas comparecencias todos los sábados, luego fueron los domingos, todas en una suerte de «aló, presidente», que serán difíciles de olvidar.
Hoy, nuestros dramáticos datos económicos, el propósito de modificar el procedimiento de elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial sustituyendo la obligatoriedad de los tres quintos por la mayoría -sospechosamente inconstitucional-, la aceptación de los ataques a la Monarquía y al Rey o hasta el fantasma de la republiqueta -como ha avisado airadamente Felipe González», son objeto de profunda preocupación general. No sabemos a dónde nos lleva Sánchez, pero témanse lo peor, confinar Madrid por criterios políticos partidarios es casi la última perla. Y es que Pedro no cesa, tampoco Redondo -su autorizado y potente asesor-. Someter a España, someternos a los españoles hasta ahogar la discrepancia y acomodar la realidad a su conveniencia son ya una senda evidente, pero nada en comparación con lo que viene. Poner límites primero y crear las condiciones para frenar a este presidente son ya obligación de la mayoría. Pactar para sumar, no hay tiempo que perder.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.