La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha hecho un lío con sus declaraciones del pasado domingo en la manifestación de Colón contra los indultos. Ayuso se pregunta: «¿Cuál será el papel del Rey? ¿Firmará los indultos? ¿Le harán cómplice?». Ante ... tamaño disparate, hasta el propio Pablo Casado tuvo que matizar esas declaraciones el lunes por la mañana, pero la interesada se enroca después diciendo lo mismo y lo contrario; «el Rey no es cómplice de nada», «toda la culpa recae en el presidente del Gobierno», «no hice ninguna rectificación es una humillación para todos, una trampa para todas las instituciones, empezando por su majestad el Rey». La verdad es que desconozco si la expresa atribución al monarca de una hipotética facultad para decidir o no la expedición de los decretos de indultos, es producto de la ignorancia temeraria o constituye una deliberada voluntad de involucrar al Rey en su política de oposición al Gobierno. Sea una u otra la razón de la incontinencia verbal de Ayuso, siendo, como es, una declarada defensora de la monarquía, mal favor le hace a esa institución.

Publicidad

El Rey no tiene opción para la expedición de los mencionados decretos, ya que, en sí mismo, la Corona no es un poder del Estado, tiene una función moderadora que no implica decidir si ejerce o no las funciones constitucionales como Jefe del Estado respecto a la eficacia de los actos normativos del Gobierno y de las Cortes. Por decirlo más claro, la titularidad de la Corona no responde a la voluntad de los electores sino a la genética vía hereditaria. Por eso el Rey no puede negarse al cumplimiento de sus funciones constitucionales, salvo que abdique, algo que no parece que esté entre sus planes. Al respecto, no ofrece dudas el artículo 62 CE sobre las funciones del Rey: «..f) Expedir los decretos acordados en el Consejo de Ministros.. i) Ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales». Soy republicano y espero que algún día la titularidad de la Jefatura del Estado responda a la legitimidad democrática, pero tengo claro que el futuro de la monarquía depende, en gran parte, del respeto a la neutralidad que impone el Título II de la CE, algo que parece cuestionar Ayuso y algunos sectores de la ultraderecha.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad