Por ahora

Omnis, omne

El latín aún resuena en nuestros oídos en la actualidad. Omnis, omne, significa todo y aunque todo no cabe, Sánchez lo quiere TODO. Finalmente, sólo hay un objetivo, permanecer blindado y proteger ese escudo de hierro contra las vicisitudes de cada circunstancia y momento. Para ... llevar a cabo esta tarea, la más importante, nadie lo dude, Pedro cuenta con que su relato, en principio inverosímil, producido por los mejores profesionales, cuidadosamente diseñado y aún mejor expuesto, moverá a la inmensa mayoría al más efusivo asentimiento. Se crea una disposición, propuesta o postura, se contesta con un muy superficial y hasta falso razonamiento, arrancan los propios -políticos y medios- de forma masiva y queda instalada la idea, su justificación, defensa y razón. ¿Quién es el traidor? Usted, por supuesto...

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El famoso decreto ómnibus rechazado por la mayoría del Congreso llevaba 89 medidas diversas y dispersas, incluso nada relacionadas entre sí. La derrota parlamentaria fue un duro revés, no sólo para cumplir el propósito de Sánchez, sino también para su ego, siempre delicado y últimamente más maltratado. Para reparar el desaguisado, hubo que llamar a Suiza, arréglalo con Puigdemont, Santos... Cosa de niños, quito esto por aquí y eso por allá, les ofrezco el control de fronteras, la TVE 2 íntegramente en catalán pedida, por supuesto... Nos comeremos la PNL de la Cuestión de Confianza, otra cosa será que el Presidente se someta a ella -ya te digo yo que no, que ni de coña-, un poquito de sostenimiento de la okupación y un favor: como sois «partidos hermanos», PNV y Junts, ¿no os importará que integremos en este nuevo decreto, ya troceado y disminuido a 29, el regalo del palacete en París?... Propiedad del Gobierno vasco, pero se la damos al PNV. (¿Querrá el PSOE quedarse con Moncloa?) ... Perfecto. «En este plan, Feijóo votará que no -pensaba Bolaños en voz alta-, la que le va a caer por ir contra los pensionistas, contra el bono de transporte...»

Moncloa hierve cada día, como el cacillo de la leche, hierve y hasta se sale, son las meninges ardientes del equipo «mentalista» habitual, ¡cuánto estrés, Óscar!, coge un trapo y limpia la nata de la encimera. Sí, el PP no puede votar que no -contra los pensionistas-, no puede votar que sí -con la sede del Cervantes como premio de fidelidad y un millón de euros anuales para los peneuvistas- y no puede abstenerse -sería desaparecer de la escena-. ¿La tormenta perfecta?

Feijóo resolvió con los suyos: «al PSOE le encantaría que el PP regalase el titular de que nos oponemos a las pensiones. Y eso es mentira. Votaremos en conciencia, a favor de los pensionistas, de Valencia y de los usuarios del transporte público».

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