La Tribuna

El objetivo es Irán

Hezbolá, Hamás y los Hutíes son cabezas de puente de Irán cuyo objetivo es crear Estados islamistas teocráticos en el Líbano, Gaza y Yemen

Francisco J. Carrillo

Académico Correspondiente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas

Lunes, 21 de octubre 2024, 02:00

El Oriente Medio era y es un barril de pólvora. Problemas de alta intensidad no se han resuelto desde la creación colonial de nuevos Estados por Gran Bretaña y Francia (Acuerdo Sykes-Picot, 1916), la Declaración Balfour (1917) y la Resolución de la ONU sobre ... la 'partición de Palestina' (1947) e instauración del Estado de Israel (1948). El primero en gravedad es la no resolución de la 'cuestión palestina' y la no creación y reconocimiento, a su vez, de un Estado Palestino. La tensión aumentó con la implantación del régimen teocrático en Irán en 1979 con el ayatolá Jomeini, la reciente guerra en Siria con la entrada de Rusia en el tablero medioriental, el dominio militar de Hezbolá en el Líbano, la masacre llevada a cabo por Hamás en el sur de Israel durante el festival de música del 7 de octubre de 2023 y la rebelión de los Hutíes en el Yemen. El muestrario sería inacabable. (Siempre que viajé en misión al Oriente Próximo era consciente de que el avión sobrevolaba un amplio campo repleto de explosivos).

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La redefinición de las hegemonías en la región tiene un fondo muy profundo: el armamento atómico que posee Israel y al que aspiran dos países musulmanes enfrentados, Irán (chiita) y Arabia Saudí (sunita), que se interrogan con sordina: ¿Por qué Israel sí y nosotros no? Irán, con una fuerte oposición social agazapada y con alto nivel formativo de su población, logró implantar la franquicia Hezbolá (chiitas) en el Líbano, en donde son considerados patriotas desde que se aliaron con las milicias cristianas del general Aoun para defender la integridad territorial, en Gaza con Hamás y en el Yemen con los Hutíes (plataforma amenazante por proximidad a Arabia Saudí). Hezbolá, Hamás y los Hutíes son cabezas de puente de Irán cuyo objetivo es crear Estados islamistas teocráticos en el Líbano, Gaza y Yemen. Un objetivo subyacente es el de iranizar al pueblo palestino que sistemáticamente se había cerrado a toda influencia del chiísmo de Hezbolá, y del terrorismo sunita de Al Qaeda y del Estado Islámico (ISIS), Esta distancia la mantiene la Autoridad Nacional Palestina, reconocida por Israel, frente a la facción de Hamás en Gaza. La masacre del 7 de octubre perpetrada por Hamás no sólo iba dirigida contra Israel sino también contra la Autoridad Nacional Palestina en una gran operación de desestabilización de la mayoría del pueblo palestino, que ha sido víctima sistemática de los grandes juegos políticos de muchos países árabes y también de Israel con la política de nueva colonización de tierras palestinas y con la suspensión de la mesa negociadora, surgida de los acuerdos entre Yaser Arafat e Isaac Rabín, en presencia del presidente Bill Clinton (1993), para perfilar la creación del Estado Palestino. El bloqueo de este acuerdo ha ido radicalizando durante los veinticinco últimos años el tablero geopolítico de todo el Oriente Medio, así como la radical manipulación ideológica de la religión musulmana por terroristas

El acoso a Israel y el detonador criminal de la masacre del 7 de octubre de 2023, con el abastecimiento de armas y tecnología por parte de Irán (y el silencio de algunos países árabes) a Hamás, a Hezbolá y los Hutíes, ha generado una respuesta del Estado de los judíos en tres frentes: Hamás en Gaza, Hezbolá en el Líbano e Irán como gran objetivo, sin olvidar la franquicia de la teocracia iraní con los Hutíes en el Yemen. El polvorín en el Próximo y Medio Oriente ha abierto sus puertas de seguridad, con la presencia observante y diplomacia silente de Turquía que, por demás, es miembro de la OTAN.

Hay un hecho muy significativo: 'Los Acuerdos de Abrahán', alcanzados en septiembre de 2020 entre Israel, los Emiratos Árabes Unidos y Baréin, acuerdos impulsados por Estados Unidos, sin duda con el beneplácito de Arabia Saudí, a los que se adhirieron Marruecos y Sudán. Y con la expectativa de otras adhesiones árabes. Estos «Acuerdos» sentaban las bases de una paz general en la región, con reconocimiento diplomático por parte de Estados Árabes del Estado de Israel, al tiempo que abría de nuevo una vía para la creación y reconocimiento de un Estado Palestino. Se esperaba el gran paso del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Arabia Saudí e Israel, lo que ya es una realidad con Egipto y Jordania y, en cierta manera, con la oficina de enlace de Israel en Rabat.

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Irán frenó los 'Acuerdos de Abrahán' con los brazos ejecutores de Hamás (matanza del 7 de octubre 2024), con las ofensivas de los misiles de Hezbolá y con la de los Hutíes. Y convirtió en llamas a todo el Oriente Medio con el lanzamiento a Israel de más de 200 misiles. El objetivo de Irán y sus franquicias es la destrucción de Israel y, a su vez, queda claro que el objetivo de Israel es neutralizar el programa nuclear iraní, debilitar sus infraestructuras y atacar la cadena de mando de las franquicias terroristas y el derrocamiento de la cúpula de Irán, provocando una insurrección del pueblo iraní, lo que muy probablemente comparta con los Estados Unidos. El Estado teocrático de Irán es el gran objetivo estratégico; no el pueblo iraní.

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