Sr. García .
Carta del director

Un nuevo hospital cuando menos se esperaba

Juanma Moreno da un golpe de efecto menos de un mes antes de las elecciones con el anuncio de un nuevo centro sanitario para Málaga

Manuel Castillo

Málaga

Domingo, 29 de mayo 2022, 00:48

Juanma Moreno Bonilla acudió esta semana al foro 'El desafío andaluz', organizado por SUR, y sacó un conejo de la chistera electoral en forma de un nuevo hospital público para Málaga, con el compromiso de que entrará en funcionamiento en 2023. Fue un golpe de ... efecto con el que pretende reforzar su modelo de gestión a menos de un mes de las elecciones del 19 de junio. La Junta de Andalucía ha alcanzado un acuerdo con los propietarios del Hospital Pascual —antiguo Hospital Militar—, en el corazón del barrio de la Victoria, para convertirlo en un centro público con doscientas camas, cuatro quirófanos y área de consultas y pruebas diagnósticas. El propio presidente autonómico reconoció que Málaga no puede esperar a que se construya el tercer hospital junto al Civil, motivo por el que han buscado una solución, al menos sobre el papel, al déficit de camas e instalaciones hospitalarias que la provincia arrastra desde hace décadas.

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Vuelve a demostrarse que las cosas suelen ser más sencillas de lo que parece, o de lo que quieren hacer parecer. Basta decisión, imaginación y acción, algo poco usual, todo hay que decirlo, en la administración pública. A veces sólo es necesario un poco de voluntad política, a poder ser con anchura de miras, despojada de prejuicios, para desenredar problemas, incluso grandes problemas. En el caso de este nuevo hospital, aun sabiendo que aún debe cruzarse la complicada línea que convierte los proyectos en realidades, resulta interesante analizar cómo la unión entre lo público y lo privado tiene la capacidad de dar mejores respuestas, más completas desde luego que por separado, a las demandas ciudadanas. Ojalá esa idea derribe complejos e inspire nuevas colaboraciones que agilicen otros proyectos.

Este nuevo hospital en Málaga, así como otras actuaciones como la reapertura del Hospital Militar de Sevilla —una vieja reivindicación de la ciudad hispalense— y los centros de alta resolución de Estepona, La Janda o Cazorla, refuerzan un modelo de gestión que Moreno trata de sostener con la moderación como eje sobre el que revalidar su mandato. Hay que admitir que el presidente andaluz ha sabido jugar las cartas del cambio y el relevo de los 37 años de gobiernos del PSOE. Nadie puede poner en duda la transformación de la región bajo las casi cuatro décadas de gestión socialista, pero al mismo tiempo la herencia, con sus indudables luces y también sus sombras, es tan vasta que al PSOE le queda un estrecho margen de maniobra para criticar la gestión de su oponente. La sanidad refleja bien esa inquietante partida de ajedrez entre unos y otros, con el PP en posición de culpar al PSOE de los grandes males y reivindicar el éxito de las nuevas instalaciones, incluso aunque fuesen proyectadas con anterioridad a su acceso a San Telmo.

Con la llegada del metro a la Alameda Principal ocurre algo similar. Después de años con las obras paralizadas, Moreno puede rentabilizar la culminación de este proyecto y prometer la nueva línea soterrada hasta el Civil, aunque le hayan faltado unos meses para poder inaugurarlo.

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Queda por saber qué ocurrirá el 19 de junio. El PP sabe que parte desde muy abajo —26 escaños, muy lejos de los 55 que dan la mayoría absoluta— y en el puzzle electoral aún quedan por encajar incógnitas tan decisivas como hacia dónde derivan los votos de Ciudadanos, cómo se comporta Vox y la capacidad de reacción del PSOE. Tampoco hay que olvidar que los socialistas ganaron las últimas elecciones, y esa maquinaria orgánica y territorial puede estar herida pero no derrotada y además sabe mucho de remontar situaciones complejas. El PSOE parte con el objetivo, al menos, de que toda la izquierda sume más votos que Moreno Bonilla; el PP trata de atraer el voto útil y acercarse lo más posible a la mayoría absoluta para intentar eludir el pacto con Vox; Ciudadanos intenta sobrevivir, aunque sea con un par de escaños; Vox va, como siempre, a lo suyo con la esperanza de dar el campanazo, y los partidos más a la izquierda —Por Andalucía y Adelante Andalucía— saben que bastante harán con salvar los muebles después de enredarse en enfrentamientos internos y estériles. Se avecina una campaña intensa en la que sólo cabe esperar que, sea cual sea el resultado, Andalucía pueda seguir su marcha sin el lastre de un Parlamento ingobernable.

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