Hay lenguajes, tonos y estilos, cuya vitalidad se contrae para siempre -quizá porque la realidad que reflejan deja de serlo- y los hay que, tras un tiempo, vuelven a expandirse. Y actualizarse. Con todas las prevenciones, reformas progresivas, adaptaciones y aspiraciones de mejora, la democracia ... occidental es y sigue siendo el modelo de equidad, justicia, igualdad y libertad, que mayor grado de satisfacción genera entre los ciudadanos. Tras la caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética, la democracia se generalizó en toda Europa y el llamado bloque Occidental vio incrementada su participación, la Unión Europea multiplicó sus socios -de 15 a 27- y se extinguió la Guerra Fría. La búsqueda de la igualdad y la prosperidad es una senda cuyos logros y objetivos cantan a las claras merecer definitivamente la pena. Dejar atrás los yugos partidistas, ideológicos o hasta personalísimos, es la auténtica causa de la libertad y las incesantes y nuevas aventuras de los que nunca cejan no deben alterar la verdad ni hacernos retroceder hacia el totalitarismo y la dictadura una vez más.

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Derribar cruces, desenterrar muertos, reescribir la historia una y otra vez o remover causas y venganzas, no son la senda de la concordia ni pueden tener como resultado la libertad. Aprender del pasado, recordar y honrar a las víctimas, mejorar las normas e incluir a todos en la causa de la democracia, la justicia y la igualdad, son el mayor y más elevado ejercicio de equidad para lograr la mejor sociedad posible sin exclusiones, ni más imposición que el respeto a los derechos de todos. Otras acciones, por muchos argumentos que esgriman su presunta buena intencionalidad, acaban sometiendo a unos en beneficio de otros y nada puede justificarlo.

Al finalizar la II Guerra Mundial, las naciones occidentales emprendieron la paz, la concordia y la alianza. Progresivamente esta entente daba como fruto el estrechamiento de las relaciones y la convivencia, así como el objetivo de compartir modelo social, políticas y normas. El camino emprendido es la mejor experiencia y constituye el mayor logro de fraternidad de los pueblos hasta ahora conocido.

En España, la alianza contra natura del PSOE con movimientos populistas de inspiración neocomunista, es desalentador y contraviene el espíritu de las enseñanzas, la trayectoria y las acciones que personajes ya desaparecidos como Willy Brant dejaron tras de sí en la construcción democrática de Europa. Los demócratas cristianos y los socialdemócratas construyeron la más avanzada democracia de la historia, ambos grupos se disputaron respetuosa y democráticamente los gobiernos dejando claro que compartían el modelo de sociedad y sólo discrepaban en la concreción de las recetas y la implementación de planes e impulsos para conquistar el futuro. Tampoco rescatar a los nacionalismos es precisamente avanzar, la construcción supranacional no pasa por el rescate localista de singularidades para poner más obstáculos al entendimiento, la tolerancia y la convivencia en paz. Es humano desviarse de lo justo y acertado, pero corregir los errores siempre es urgente, no hay tiempo que perder.

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