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Cinco fallecidos y cuatro heridos es la terrible consecuencia del accidente en la mina de Cerredo. Según informaciones oficiales, la empresa concesionaria tenía un permiso ... para una investigación y en el piso tercero, para la recogida de materia derivada de la anterior explotación del carbón, pero no contaba con el de explotación de carbón. Habrá que estar a lo que resulte de la investigación administrativa y de la judicial abierta. Una enfermedad, un accidente común, son terribles formas de sufrimiento, pero una muerte o una herida grave en el trabajo son un fracaso absoluto de una sociedad que se pretende civilizada, y salvo muy contadas ocasiones, son producto de la cicatería a la rapiña a la hora de cumplir y hacer cumplir las normas de prevención de riesgos laborales. Cuando muere un obrero en el tajo, perdemos un trozo de dignidad colectiva. Hace unos años explicaba, en unas de mis clases en la universidad, el régimen jurídico de la prevención de riesgos laborales, destacando que detrás del edificio normativo que regulaba esta materia había mucho fracaso como sociedad y muchos dramas humanos. Y no será por falta de normas, tanto de la OIT como de la UE, a lo que se une a nivel nacional, la CE, que en el artículo 40.2, recoge el mandato a los poderes públicos para que velen por la seguridad e higiene en el trabajo, así como la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales y su amplio desarrollo reglamentario.
Les contaba que las estadísticas de accidentes, de muertos y de heridos, respondían a una endiablada compatibilidad entre unas normas bien diseñadas y cuyo cumplimiento haría del accidente laboral un campo exclusivo para las situaciones extremas (naturales o humanas), y una realidad de duelos y heridas eternas para miles de trabajadores y de familias. Por desgracia la situación no mejora y se siguen produciendo centenares de miles de accidentes con baja (por tanto, con lesiones para los trabajadores afectados), y la parte más dura de los datos son los accidentes graves y los mortales. Esto pone de manifiesto que salir al trabajo para muchos conciudadanos es una 'ruleta rusa' en la que siempre hay una bala que les puede tocar si están en el lugar y en el momento en el que vuelca el vehículo, estalla una mina o se hunde el edificio en construcción enterrándolos entre toneladas de escombros, con el siniestro balance de un certificado de defunción posterior o una vida clavado a una silla de ruedas o a una cama. Y todo por trabajar.
Dignificar las relaciones de trabajo y vigilar de forma sistemática el cumplimiento de las normas laborales, es la única manera de poner coto a esta sangría. 'En la planta 14 del pozo minero' es una canción de Víctor Manuel que expresa lo que pretendo decir: «de la tarde amarilla tres hombres no volvieron...Dos mujeres de luto anhelando dos cuerpos y una madre que rumia su agonía en silencio, es el tercero». En las minas, en las obras, en la carretera, en un poste, en una instalación eléctrica, en el campo, un guardia civil, policía o bombero que ayuda en un accidente o en acto de servicio... En su memoria.
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