Esta semana que termina ha estado especialmente movida en relación a las infraestructuras ferroviarias en la provincia de Málaga. Por un lado, el Ministerio de Transportes en una respuesta parlamentaria apuntó que el proyecto para llevar el tren hasta Marbella presenta dificultades territoriales, funcionales y ... económicas. Vamos, que cuesta mucho dinero hacerlo. Algo ya sabido, no ha descubierto la pólvora este departamento gubernamental. Lo que no aclara es si hay voluntad política para hacerlo o simplemente se da una patada hacia adelante, como ha estado ocurriendo en los últimos años.

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En el conjunto del país habrá decenas de proyectos como este que presenten las mismas dificultades y que sin embargo se van a llevar a cabo. Hoy día, la ingeniería permite sortear todas estas dificultades a las que hace referencia la citada respuesta. El problema es que desde Madrid no se está tomando en serio el tren de la Costa. Ni ahora ni antes, que quede claro, pues no hay que olvidar que los anteriores Gobiernos dirigidos por el PP se estuvo dorando la píldora con la elaboración de estudios sin que se diera una respuesta positiva y decidida de verdad. Este tema siempre se utiliza por parte del partido que está en la oposición, que cuando llega al poder se escuda siempre en lo mismo: hay que hacer estudios.

Hombre si se tiene en cuenta que el Cercanías a Fuengirola se inauguró en el año 1975 ya ha pasado tiempo más que suficiente, cerca de medio siglo, para saber qué se quiere hacer, o sea, prolongar el cercanías o construir un tren de alta velocidad, y si se quiere hacer algo de verdad. Por eso, lo que hay que pedirle a los políticos es que no se rían de la gente, que sean valientes de una vez por todas y se mojen. Que no pasa nada. Si no se quiere hacer porque consideran que es muy caro, pues que lo digan, pero de una manera clara y no tener este asunto en la manga para desgastar al contrincante cuando se está en la oposición. Es un tema muy serio del que están pendientes miles de usuarios del ferrocarril que no merecen este jueguecito político. Todos apuestan por la sostenibilidad medioambiental, nuevo mantra de la clase política, pero a la hora de la verdad nada de nada, pese a que está demostrado con cifras que los usuarios apuestan de una manera masiva por este medio de transporte.Al tren de la costa se le ha unido ahora para estos tejemanejes el metro.

No es mucho pedir que los políticos malagueños dejaran de reírse de los electores en este asunto

Todos quieren que se prolongue hasta el Rincón de la Victoria, aunque obviamente primero se tendría que prolongar hacia la ronda este de Málaga, donde por cierto el Ayuntamiento de la capital no se está mostrando especialmente combativo en este sentido. El PSOE ha tomado la iniciativa para poner en un brete al Gobierno de la Junta, aunque llama la atención que no se muestre tan contundente con el tren de la costa. Los socialistas exigen que este año haya ya un anteproyecto para la prolongación al Rincón y, sin embargo, para el tren litoral no piden anteproyecto alguno después de casi medio siglo…Suena regular esta postura. Pero es que al PP le pasa igual. Pide que se elimine el peaje de la autopista de la Costa del Sol hasta que se termine el tren y, sin embargo, en relación al metro quería matizar que habría que estar a lo que los informes de movilidad apuntaran sobre su idoneidad. O sea, que tienen clara la idoneidad del tren a Marbella y sin embargo se muestran cautos con la ampliación al metro.

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Aún así, Francis Salado ha accedido, no se sabe muy bien si es porque es regidor de Rincón de la Victoria o por meterle un poco el dedo en el ojo a Patricia Navarro, la delegada de la Junta de Andalucía que quería que dejara uno de sus cargos, bien el de alcalde o el de presidente de la Diputación. Si se analiza con perspectiva el comportamiento de los dos grandes partidos en relación al desarrollo ferroviario sólo se puede llegar a una conclusión bastante clara: no han dejado de lanzar mentiras sobre raíles…

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