Un arquitecto es una persona que tiene un edificio dentro. Escribí esta frase en mis notas del móvil la semana pasada. Me recordó mucho a ... esa idea de Miguel Ángel: «La escultura ya estaba dentro de la piedra. Yo, únicamente, he debido eliminar el mármol que le sobraba». Pensar en lo que alguien lleva dentro, ya sea un edificio, una escultura o una columna, me lleva a este momento de escritura. Escribir es construir y, antes de irme a cortar unos troncos al pueblo, tengo que hacer este otro acto de arquitectura con palabras. En esta columna cabe una semana.
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Voy a dejar fuera el mármol que sobra, que es el trabajo. Después del trabajo siempre intento que haya tiempo para algo más. El club de lectura de Biografía de X, el lunes por la noche con 'La isla de las Tentaciones', una maratón para ver 'Ultimátum Queer' al que llegamos tardísimo, quedarme fascinada y casi paralizada con 'La última frase' de Camila Cañeque, aplaudir el viernes en la Cánovas 'Sonoma' de La Veronal, empezar 'La habitación de al lado' el sábado por la noche y cerrar los ojos por puro agotamiento.
Y, entremedias de todo, la red social que ahora no penaliza las vejaciones a mi colectivo. Y, aun así, sigo pasando horas en ella. He visto compartir varias veces un meme de una pareja que señala la luna y la luna tiene forma de casa. Y he visto cómo se moría David Lynch por Instagram. Por Instagram veo cómo se muere el mundo. Poco a poco. No dije nada. Pero ya está junto a Laura Palmer. Aunque a mí me conquistó con 'Mulholland Drive'. De haber compartido algo, yo habría tenido que poner ese cartel o alguna escena de esa película. O quizá no. Tal vez habría optado por algo más personal, como un sueño que tuve esta semana y que, ahora que lo pienso, podría haber sido suyo.
En el sueño subía con una amiga por una escalera de caracol eléctrica. A medida que subíamos pisos, íbamos perdiendo la ropa hasta quedarnos desnudas. Abajo era de noche, pero cuando llegábamos al último piso, era de día de forma simultánea. Recuerdo asomarte y ver la noche por debajo de mis pies. Ese era el milagro de la escalera de caracol eléctrica.
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El lunes más triste de este año tiene a David Lynch dentro. Y también esa escalera, ese sueño, esa luna con forma de casa.
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