Sr. García .
Carta del Director

Los fieles escuderos del PSOE; o de Pedro Sánchez

Las declaraciones del subdelegado del Gobierno de Málaga diciendo que si el PP quería el tren hasta Estepona que lo hiciese la Junta sólo pueden explicarse en un absurdo deseo de satisfacer y complacer a sus jefes

Manolo Castillo

Málaga

Domingo, 3 de marzo 2024, 00:03

El subdelegado del Gobierno en Málaga, Javier Salas, debió quedarse muy a gusto tras la entrevista que le realizó el periodista Antonio Montilla y publicada por SUR hace unos días. La pregunta es si realmente era consciente de lo que estaba diciendo o simplemente tiraba ... de argumentario para satisfacer y complacer a sus jefes de Madrid, empezando por Pedro Sánchez y sus ministros. Y lo mismo se podría decir del secretario general de los socialistas malagueños, Daniel Pérez, que salió en defensa de las declaraciones de su compañero. Esta duda razonable sólo se podrá resolver con el tiempo, pero mientras tanto alguien del PSOE debería decirles a ambos que el camino elegido les acerca más a la triste imagen de dos cómicos sin gracia, como esos monologuistas que deben reírse de sus propios chistes ante el atronador silencio de su público.

Publicidad

Y viene esto a cuento porque Salas comentó textualmente: «Animo al PP a que si tan interesado está en el tren litoral, que lo haga la Junta». Con esta frase Salas, aunque quizá no lo sepa, considera que los partidos tienen la propiedad de las instituciones y administraciones públicas, olvidándose de que el verdadero sentido de las mismas es el beneficio de los ciudadanos y no los intereses partidistas. No sabemos si peca de mala memoria o de ignorancia histórica, porque en el último cuarto de siglo ministros y cargos públicos del PSOE han expresado públicamente la necesidad y los beneficios del tren del litoral hasta Estepona. Además, Salas debería saber que la idea inicial fue lanzada en 1999 y presentada en 2003 por Manuel Chaves (PSOE) cuando presidía la Junta de Andalucía. Su plan también incluía unas vías hasta Nerja, en la zona oriental de la Costa del Sol, con un presupuesto total de 4.500 millones de euros.

«Ofrecí pagar el corredor ferroviario entre Algeciras y Nerja pero no llegué a un acuerdo con Concha Gutiérrez (entonces consejera de Obras Públicas de la Junta de Andalucía en el Gobierno del PSOE)», manifestó a SUR la ex ministra socialista Magdalena Álvarez. Años después, en 2011, el también ministro socialista José Blanco y el entonces presidente José Antonio Griñán firmaron un acuerdo para impulsar el tren del litoral.

El actual diputado del PSOE por Málaga Ignacio López llegó a manifestar que era muy optimista sobre la llegada del tren «y seguiremos trabajando como partido para que llegue a buen puerto. No me uno a la idea de que es un proyecto muerto. Creo que es necesario, aunque no urgente».

Publicidad

Pero al margen de toda esta hemeroteca y también de los reiterados y también incumplidos compromisos del PP sobre este proyecto, lo realmente importante es que este proyecto es trascendental para el futuro y el desarrollo de toda la provincia de Málaga. Nadie duda no sólo de los beneficios sino de las oportunidades que la conexión ferroviaria entre Nerja y el Campo de Gibraltar tendría para Málaga y también para Andalucía. Por eso extraña aún más la reacción del PSOE a través de Javier Salas y el propio Daniel Pérez.

Es verdad que ambos se pueden sentir presionados por la catástrofe electoral de los socialistas en la provincia y por las dificultades para explicar muchas cosas del Gobierno de Madrid, pero eso no justifica que se alejen de tal forma de los intereses de los ciudadanos. Esas declaraciones se pueden hacer en una reunión de amigos, pero nunca deberían ser la posición ni de un Gobierno ni de un partido.

Publicidad

Ahora hay una nueva oportunidad de aunar fuerzas y tanto el Gobierno que representa en Málaga Javier Salas como el partido liderado por Daniel Pérez deberían sumarse sin más pretensión que sacar adelante el proyecto. El estudio que impulsó el Ayuntamiento de Málaga y que financió la Fundación Unicaja es un extraordinario punto de partida que debería estar ajeno a cualquier componenda o estrategia política que no sea hacer realidad esa conexión ferroviaria.

Ojalá sea así, porque de otra forma será difícil que quienes pongan obstáculos o piedras en el camino puedan seguir aspirando, salvo que sean impuestos a dedo, a representar los intereses de los ciudadanos que, con su voto, depositaron su confianza en ellos. Veremos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad