![Málaga Litoral, una nueva y gran oportunidad](https://s2.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/202210/23/media/cortadas/web_carta-kot-U180464214947qLH-1248x770@Diario%20Sur.jpg)
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El periódico SUR organizó esta semana que hoy termina un encuentro para analizar uno de los proyectos que más expectación está generando en la ciudad y todo su entorno metropolitano: Málaga Litoral. Esta idea consiste básicamente en la construcción de dos estaciones intermodales de transporte ... público subterráneas –una en la explanada de entrada de la estación María Zambrano y otra bajo la plaza de la Marina– y en el soterramiento del trazado desde el Hotel Miramar hasta el final del Muelle Heredia. En los tres casos el plan es ganar espacio en superficie para grandes plazas y para la ampliación del Parque de Málaga.
El objetivo, por tanto, es avanzar en las conexiones del autobús público, el taxi, el tren de cercanías y el metro de todo el área metropolitana que integran la propia capital y Rincón de la Victoria, Torremolinos, Alhaurín de la Torre y Cártama, y generar nuevos espacios públicos para la ciudad bajo criterios de sostenibilidad y uso ciudadano.
Esta idea, impulsada por el Ayuntamiento de Málaga, pretende afrontar una segunda transformación de la ciudad tras la actuación de peatonalización del casco antiguo y la integración del Puerto en la ciudad a través del Muelle Uno y el Palmeral de las Sorpresas. El coste aproximado es de 400 millones de euros y el tiempo de ejecución desde su puesta en marcha de unos cuatro años, algo que suena especialmente optimista.
La primera gran incógnita es cómo afrontar la financiación de esos 400 millones, que por su importancia deberían tener, como la mayoría de proyectos similares en España, con gobiernos de todo signo, una participación público-privada. Por un lado, se contaría con inversiones públicas a través del propio Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía, así como de Fondos Feder de Europa. Y, por otro, empresas privadas a cambio de concesiones de servicios, especialmente en las estaciones y aparcamientos. Para cuadrar este sudoku financiero sería conveniente un gran consenso y acuerdo que hoy no se ha alcanzado.
El PSOE, a través de su líder en Málaga, Dani Pérez, se apresuró en desmarcarse de esta idea con el argumento de que es faraónica y que había que optar por algo menos ambicioso. Pérez apuesta por una intervención en trinchera en la plaza de la Marina con una inversión de 20 millones de euros. También se desmarcó Ciudadanos a través de su portavoz y socia del gobierno municipal, Noelia Losada. Adelante (coalición de Podemos e IU) pidió sin éxito paralizar el proyecto para someterlo a una consulta popular, ya que lo rechaza al igual que el PSOE. Esta falta de consenso político es habitual en los proyectos de esta ciudad, que con una velocidad de vértigo se ven inmersos en una espiral partidista e ideológica que intoxica cualquier intento de análisis serio.
La cuestión es que esos criterios de la oposición y de Ciudadanos habrían impedido también otros proyectos que, en origen, podrían haber sido tildados como faraónicos. La ampliación del aeropuerto, el propio metro o la hiperronda podrían haber chocado con esta forma de entender las infraestructuras y, sin embargo, hoy son actuaciones incontestables y estratégicas.
Me viene a la memoria el soterramiento de la M30 de Madrid. Un mega proyecto que consistió en soterrar 48 kilómetros en menos de cuatro años. Aquel plan tuvo un coste de 7.000 millones de euros y provocó una lluvia de críticas al entonces alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. Ahora resulta unánime la idea de que fue una obra oportuna que transformó Madrid. Otro ejemplo es el soterramiento del entramado de vías de la plaza de las Glorias de Barcelona, con una inversión de 140 millones y un kilómetro de túnel.
Estos dos ejemplos sirven para plantear que Málaga puede tener ante sí una gran oportunidad para acometer una segunda transformación que, eso sí, debería ir acompañada de medidas para mejorar la intermodalidad del transporte público en el área metropolitana. Ser ambicioso, al margen de cuestiones políticas o ideológicos, no es ser faraónico. Ni mucho menos. Por eso se echa muy en falta una posición de la Junta de Andalucía más decidida y clara con este proyecto, que engancha directamente con el concepto de progreso y sostenibilidad del Gobierno andaluz.
Quizá lo que Málaga necesita, de una vez por todas, es una apuesta decidida de todos los partidos e instituciones de la provincia para establecer unas estrategias que queden al margen de la batalla política. El tren del litoral hasta Estepona, las conexiones ferroviarias con la costa oriental (Axarquía), la intermodalidad del transporte público en la zona metropolitana de Málaga, la ampliación de las líneas de metro hasta la zona este de la ciudad e, incluso, hasta los municipios limítrofes, las conexiones con los corredores de transportes de mercancías Central y Mediterráneo y las obras de infraestructuras para garantizar el abastecimiento de agua en toda la provincia debieran ser, como este Plan Málaga Litoral, proyecto comunes y colectivos que recibieran el apoyo incuestionable de todos los grupos e instituciones al margen del color político. Lamentablemente, esto sí que es una aspiración faraónica: que los partidos se pongan alguna vez de acuerdo para defender el bien común.
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