Contra el mal regusto de la Expo, vino de Málaga

Ni siquiera la preciosa canción de la gallega que tanto quiere a Málaga sirvió para decantar una balanza que se inclinó para Belgrado que, paradojas de la vida, ha ganado con una temática en la que somos líderes imbatibles: el ocio ('Juguemos para la Humanidad: deporte y música para todos'). Con la mano en el corazón, quizás pecamos por aspirar con un asunto posiblemente más importante, pero también más arisco y a lo mejor poco atractivo para algunos miembros del jurado ('La era urbana: hacia la ciudad sostenible'), pese a que dicen que es lo que está de moda hoy... No se sabe (ni se sabrá); son un montón de interrogantes las que se te vienen a la cabeza en busca de una explicación coherente, aunque el hecho de que los serbios hubieran comenzado las obras de la futura sede expositiva antes de la votación igual aclara algo esas 'confusiones'. Siempre que se compite se puede ganar o perder, eso es evidente, y ahora lo que queda es darle la enhorabuena a los serbios, que nunca aparecieron como favoritos (suele suceder que en estas cosas siempre haya un 'tapado') y que Málaga siga adelante, y mire el calendario de eventos. ¿Quién habló de fracaso? Otra cosa es que no hayamos ganado una votación...

En lo que no nos gana nadie es en la categoría y fama de nuestros vinos. Hace unos días se celebró en la localidad de Saint-Saphorin, comuna suiza situada a las orillas del Lago Leman y en el área de viñedos del distrito de Lavaux, declarado Patrimonio de la Humanidad, una cata de vinos históricos de la Denominación de Origen Málaga. La cata estuvo dirigida por la bodeguera Victoria Ordóñez y el sumiller Michele Caimotto, con la presencia y colaboración del empresario y abogado Javier Krauel, estudioso de los historia vinícola malagueña, y 'padre' de la recuperación de la composición musical 'The wine of Málaga', de Giacomo Minkowski, que se encontraba en los archivos de la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, y que como erudito del tema fue quien coordinó la información sobre la historia de los vinos y bodegas participantes.

A la cita acudieron distribuidores del país alpino así como productores y bodegueros, comenzando con una cata de vinos pertenecientes a la Denominación de Origen Sierras de Málaga de las bodegas Victoria Ordóñez. Así, se pudo degustar Monticara, primer moscatel seco fermentado en barrica que se elabora en la provincia; y Voladeros, primer Mountain Wine que se produce desde finales del siglo XIX y elaborado con la variedad Pedro Ximénez de los Montes de Málaga.

Seguidamente se presentaron para cata soleras de vinos de Málaga del siglo XIX, concretamente de Larios de 1857, 1866 y 1868; de Bodegas Scholtz, una solera de 1885, mientras que de principios de siglo XX se presentaron soleras de las bodegas Málaga Virgen, Compañía Mata y Krauel. En total, unas diecisiete botellas. Un lujo para el paladar de los presentes, que se pueden considerar unos privilegiados. Los afortunados destacaron la gran calidad de los vinos tanto secos como dulces, de un evento exclusivo debido a la complejidad actual de adquirir vinos de Málaga tan añejos. Hay que considerar que muchas de estas bodegas desaparecieron hace años. En Sotheby's se han llegado a alcanzar las dos mil libras por soleras de Málaga del siglo XIX.

A lo largo del evento se expuso la historia del Vino de Málaga, hasta la actualidad, con las tipologías de vinos y zonas de producción, así como con el resurgir que ha experimentado a partir del siglo XXI gracias a los blancos, tintos y rosados de la DO Sierras de Málaga. Se abordaron aspectos concretos como la importancia del comercio del Vino de Málaga durante los siglos XVIII y XIX, los comerciantes de vino de origen alemán, la crisis filoxérica, incluso aspectos relacionados con la imitación que tuvieron los Vinos de Málaga en Europa y América.

La cata finalizó con una edición limitada del vino Voladeros Ghiara, nombrado así en honor a Baldomero Ghiara (1849-1924), autor de manuales sobre procesos de vinificación y que fue mecenas en los primeros años de su sobrino Pablo Ruiz Picasso.

Suiza ha sido históricamente un país destacado en el comercio de vinos de Málaga. A finales del siglo XIX, tras la crisis filoxérica, ocupaba los primeros puestos en la exportación de nuestros vinos. En palabras del profesor de la Universidad de Málaga, Francisco Pérez Hidalgo, en su trabajo 'La crisis finisecular del vino de Málaga. Cambio del modelo de producción y caída del comercio (1878-1933)': «El principal destino del vino de Málaga era Europa. A final del siglo XIX el destino y por orden, Francia, Alemania, Austria, Bélgica y Países Bajos, Suecia, Noruega, Suiza y Rusia».

Llegados a este punto se hace ineludible hablar de la figura del suizo Alfred Zweifel (1851-1920). Cónsul de España y empresario, fue un importador de vinos de las bodegas Jiménez y Lamothe, adquiridas por Larios en 1917. Fundó en la ciudad de Lenzburg las bodegas que llevarían su nombre y donde se embotellaba vino de nuestra tierra bajo la marca de su propiedad El Faro, nombrado así en recuerdo de nuestra querida farola. En la actualidad tan sólo se conserva la fachada de la bodega, pero el barrio donde se encontraba mantiene el nombre de Málaga. Por si esto nos pareciera poco, la vivienda de Zweifel en Lenzburg en la calle Schützenmattstrasse número 7 lleva el nombre de Villa Málaga, actualmente declarada Bien Cultural Nacional en Suiza. Toda esta bonita historia sobre Villa Málaga y el Vino está siendo objeto de rodaje de un documental dirigido por Eterio Ortega, productor de algunas de las películas mas conocidas de Elías Querejeta.

Los afortunados que pudieron degustar las históricas soleras Málaga en Suiza desde luego fueron unos privilegiados. Una buena noticia en una muy mala semana, en la que desde el viernes, la última superviviente de la saga Carmona Sánchez nos vigila desde los cielos con sus padres y hermanos. Recuerdos a todos en los Horizontes Infinitos y que nos echen un ojo a los que aún estamos aquí 'abajo'...