Borrar

Lujos de otra época

CITA EN EL SUR ·

Incluso sin salir de casa podemos elegir de qué lado estar

Pablo Aranda

Málaga

Sábado, 28 de marzo 2020, 09:45

Esta noche cambian la hora y los guasones critican que nos regalen una hora. Lo ideal para algunos sería estar como Walt Disney, sin embargo qué frío. A lo mejor cuando lo despierten ya ha pasado todo. Lo del cambio de hora no es tan importante porque nuestros importantes políticos no son puntuales en sus comparecencias, pensarán que tenemos todo el tiempo del mundo, y lo malo es que es verdad. Hay personas que afean el empleo de términos de guerra para esta batalla pero de qué se trata si no. ¿Cómo se vivía en la España que no estaba en el frente? En el periódico de ayer se repetía el nombre de Franco y también el de Tejero. Pero no se refería a quienes dieron nombre al apellido sino a otros. Uno es Juan Franco, alcalde de La Línea, donde unos vecinos se han pasado de la raya. Resulta que han trasladado a la ciudad fronteriza a un grupo de personas mayores con coronavirus, y un un grupo de ciudadanos ha tratado de impedirlo, apedreando las ambulancias, cruzando vehículos para obstaculizar su paso y hasta lanzando objetos a la residencia que los ha acogido. El alcalde Franco, abochornado, ha manifestado que esos energúmenos no representan al pueblo de la Línea. Otro Franco más poderoso, José Manuel, delegado del Gobierno en Madrid, está siendo investigado por permitir marchas y aglomeraciones de personas el 8 M pese a la recomendación sanitaria europea. En Europa, por cierto, estamos tratando de hacer causa común, pero cómo será la cosa que hasta Von der Leyen está deplorando el egoísmo de los miembros. A lo mejor piensan que nos lo hemos buscado y a lo mejor hasta nos lo hemos buscado, pero es grave decir esto cuando la situación es tan grave.

El Tejero del que hablaba arriba es Alejandro, capitán de la compañía de la UME desplegada en Málaga. Cada tarde a las 20 horas, a riesgo de resfriarme con este tiempo raro, mis aplausos también van para ellos. Un país era esto y nunca debemos olvidar que estamos en el mismo bando, el de los buenos. El que no tiene nombre es un empresario que ha hecho entrega en Málaga de 150 trajes de protección para nuestros sanitarios (qué orgullo de posesivo). No quiere que se sepa su nombre. Amancio Ortega ha realizado nuevas donaciones. Sencillamente podría no hacerlo, un argumento para mí definitivo. A partir de ahora sé dónde voy a comprar la ropa. ¿Se imaginan volviendo la cabeza en el probador de una tienda para ver cómo nos queda una prenda por detrás? Lujos de otra época.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Lujos de otra época