Embalsar agua es como ahorrar dinero, guardar cuando hay para prevenir cuando no haya. Construir un recoveco con rocas al lado de un cauce es tan antiguo como cazar o curtir las pieles procedentes de la caza y usarlas de abrigo. De hecho, uno de ... los índices más traídos para concluir la cantidad de agua de la que disponemos e intentar dibujar el futuro inmediato es la cantidad que hay en los embalses, otro, los pronósticos meteorológicos. A veces, parece que olvidamos de manera flagrante que la Tierra se compone de océanos y continentes, ocupando y siendo el agua las ¾ partes del volumen total.
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El agua, como la energía, ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. De hecho, en sus diferentes formas, salada o no, el agua se evapora, se acumula en las nubes y éstas, cuando toca, descargan y se vacían de la misma en estado líquido. La paradoja es que 'tirar' agua al mar no es tirarla, pues seguirá estando ahí y la cuestión siempre será cómo hacernos con ella, depuración y/o desalación y transporte. Afortunadamente, las técnicas de desalación han avanzado mucho -y más que lo harán-, por ello, desalar es una técnica cada vez más barata y simplificada. Sin olvidar los variados estudios experimentales que se investigan para conseguir que, atravesando una lámina permeable de determinadas sustancias, la sal quede a un lado y el agua pase, tal cual. El grafeno tiene que ver con ello. De otro lado, las salmueras y otros restos minerales que las desaladoras vertían al mar, tras producir agua desalada, son aprovechables, pues hay demanda de los mismos para otros usos y hoy se evita verter ese tipo de dañinos residuos.
Se puede hacer frente a la sequía o a las sequías, sin desesperación, catastrofismo o apocalípticas conclusiones. Hoy estamos más preparados que nunca en la historia, otra cosa es que tradicionalmente, cada vez que la escasez de agua llega, se discute, se alarma, se proyecta... Y, una vez que llueve, la conducta habitual es 'nada de lo prometido', pues las obras y los proyectos se eternizan, se cuestionan y acaban por ser abandonados.
No sabemos si va a llover pronto o no. Dicen que la famosa técnica -no científica- de observación del comportamiento de las hormigas, cuando empiezan a subir la altura de los hormigueros, está empezando a dar señales. Puede ser una pista del agua que viene, o puede que no. Ahora, en cualquier caso y, dado lo que hay, se ha de contener el uso del agua y racionalizar su gestión, pero es necesario encontrar soluciones a corto plazo. Es patético morir de sed en el planeta azul, dónde hay más agua que ninguna otra cosa. El respeto medioambiental, el comportamiento ecológico y de sostenibilidad, la disminución y hasta la desaparición de los vertidos contaminantes, son el objetivo y hasta la pauta de obligado comportamiento. Pero acudir al mito de la 'senda de los elefantes', casi como una superstición, para justificar la inacción, es renunciar a la obligación de preservar la vida humana y al respeto a nuestros semejantes.
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