Vargas Llosa dixit: «Lo importante de unas elecciones no es que haya libertad en esas elecciones, sino votar bien». En román paladino, para el autor de 'La ciudad y los perros' votar bien es hacerlo por los que él quiere que salgan: las derechas en ... sus diversas expresiones. Es obvio que de seguir tan singular tesis, lo bueno y lo malo estaría clarísimo y solo dependería de una élite que nos «ilustrará» sobre nuestro error cuando tengamos la ocurrencia de votar según nuestra conciencia y en ejercicio de esa libertad tan poco importante para el afamado Premio Nobel. Parece que para el mentado escritor, la libertad de elección política debe ceder ante el horroroso panorama de que la gente se «equivoque» votando a rojos y otras gentes de malvivir. Creo que a pesar de su innegable cultura y creatividad, a este hombre le faltan unas elementales nociones de teoría de la democracia, teniendo en cuenta que en un Estado de Derecho como España, la soberanía nacional reside en el pueblo (art 1 CE), que se expresará ejerciendo el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal (art 23 CE).

Publicidad

En esencia una democracia se identifica con el sometimiento de todos al imperio de la ley sobre la base de la tolerancia militante, asumiendo que el rival político tiene el mismo derecho que nosotros a competir en buena lid por el gobierno de la cosa pública, y que no podemos convertirlo en enemigo por el mero hecho de discrepar de nuestras posiciones. En otras palabras, que sobre pensamientos muy distintos se puede construir si asumimos que no caben en democracia jugarretas que impidan el ejercicio del poder por el adversario, negando su legitimidad (obtenida en elecciones limpias y libres) mediante la descalificación inmisericorde, no de acciones concretas (lo cual es legítimo), sino de su propia existencia en la vida política. Sin voto en libertad (ese que le parece secundario a D. Mario) no hay democracia, y como el sufragio universal es una conquista incuestionable, votarán personas de diversas profesiones y niveles culturales. En este mundo tan complejo y digitalizado, lo deseable es que los ciudadanos, mediante la educación y el debate sereno, acumulen pensamiento crítico para dotarse de autonomía de criterio a la hora de decidir todos los aspectos de su vida, entre otros, el de elegir a sus representantes políticos. Nada más lejos de mi intención criticar en Vargas Llosa su evidente apuesta por un mundo conservador en lo socioeconómico, pero llama la atención lo selectivo que es este hombre respecto a los derechos humanos a defender (casi siempre centra la atención en los titulares de las cuentas corrientes más abultadas). Cuestión de elección, como decía su tía en 'Lo que Varguitas no dijo'.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad