La nueva ley de vivienda del Gobierno no se la cree... Ni el Gobierno. La norma carece del más mínimo sentido común, que ya lo ... decía mi profesora de Historia en el instituto, es el menos común de los sentidos. Lo que es peor: allí donde se aplique lo único que va a conseguir es que los inversores salgan por patas, a refugiarse en las comunidades donde no se tenga en cuenta, o a otros países. Así que el problema será mayor porque habrá todavía menos pisos disponibles, que es básicamente lo que ha pasado en Barcelona, frecuentemente citada en los foros urbanísticos como el ejemplo de lo que no se debe hacer nunca para incentivar el mercado de vivienda asequible.
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El Ejecutivo social-podemita vuelve a demostrar lo sumamente alejado que está de la sociedad española. La mayoría de los jóvenes, igual que sus padres, lo que aspiran es a tener su vivienda en propiedad; y no a vivir de alquiler toda la vida, a expensas de lo que el casero quiera hacer con su piso, que, al fin y al cabo, es suyo y eso –todavía– más o menos se respeta. Por tanto, un Gobierno que de verdad quisiera ayudar lo que debería promover son facilidades para la compra de ese primer piso que cualquier pareja quiere tener. Vote a quien vote.
Lo que la gente joven necesita es que se le ahorre dinero, y para ello nada más rápido que aplicar un IVA o un tipo del impuesto de transmisiones patrimoniales (según si es nueva o usada) reducido para estos casos. Digamos que si te quieres comprar un primer piso con menos de 30 años (un poner) vas a pagar sólo la mitad de las tasas actuales, de manera que no tengas que ahorrar el 30% del precio para poder meterte, como ocurre ahora. Y ya de paso, si a todo el resto de implicados en la operación (notaría, registro, tasación, gestoría, etc) se le impone el mismo criterio, pues mejor. Todo eso es potestad del Gobierno y seguro que las comunidades estarían de acuerdo.
Pero no. Eso que es tan sencillo y que de verdad demuestra un compromiso real con los jóvenes, eso no interesa. Pensarán que sus votantes no son de los que se pueden comprar una casa, o directamente es que se niegan a renunciar a una tajada de los ingresos que obtienen a costa del endeudamiento de los que sólo quieren tener un lugar para vivir al que poder llamar hogar. Con todo esto de lo único que se trata es de esconder que realmente no tienen ninguna intención de ayudar a nadie, y para eso arman una ley farragosa, de aplicación casi imposible y contraproducente. Así que, jóvenes míos, búsquense la vida como han hecho hasta ahora. Como también decía mi profe, de donde no hay, no se puede sacar.
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