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Javier Becerra
Exdirector de Cultura y Educación de la Diputación de Málaga
Martes, 20 de agosto 2024, 02:00
En su ensayo 'La pintura de vanguardia en Málaga durante la segunda mitad del siglo XX', el profesor y crítico de arte Enrique Castaños Alés ... señala a un nutrido grupo de jóvenes artistas como los catalizadores de la transformación que tuvo lugar en el estancado ambiente cultural malagueño de mediados de los cincuenta. Artistas que desafiaron las convenciones establecidas, sobrepasaron las limitaciones impuestas por el entorno y abrieron nuevos horizontes en el arte malagueño, figuras como Jorge Lindell, Enrique Brinkmann, Stefan Von Reiswitz, Francisco Peinado, Manuel Barbadillo, Dámaso Ruano, Gabriel Alberca, Francisco Hernández, José Díaz Oliva y Eugenio Chicano. Durante mi tiempo en la Delegación de Cultura de la Diputación, tuve el privilegio de interactuar con todos ellos, estableciendo excelente relaciones profesionales. Sin embargo, con Chicano, tuve una conexión especial, particularmente en su etapa como director de la Fundación Picasso. En ese periodo, en el que compartimos objetivos culturales comunes, fue un privilegio tanto a nivel profesional como personal coincidir con una persona y un artista culto, generoso, excelente conversador y extraordinariamente creativo. La capacidad de Chicano para inspirar y su dedicación incansable hacia la cultura dejaron una huella imborrable en todos nosotros.
Sin embargo, debemos retroceder a mediados del siglo XX, cuando aún no conocía a Chicano, para comprender la importancia de su influencia en el contexto social de esa época caracterizada por la rigidez. Chicano será recordado no solo por desafiar las normas establecidas, sino también por su mentalidad transformadora y su compromiso con la renovación desde planteamientos estéticos. Pero más allá de su talento artístico, fue un incansable promotor cultural, cuya participación y competencia fueron fundamentales para fomentar las vanguardias y para el progreso del arte y la cultura en Málaga. Ahora, próximo a cumplirse el quinto aniversario de su fallecimiento, es importante que la obra y figura de Chicano, así como su legado, perduren en la memoria colectiva, junto a la de todos aquellos artistas que favorecieron la renovación del arte en Málaga.
Su trayectoria representó un viaje extraordinario y de gran valor estético. Desde sus primeros pasos, inspirados por artistas como Joaquín Peinado y otros destacados miembros de la Escuela de Vallecas, hasta su acercamiento al arte Pop y la Crónica de la Realidad, donde se consolidó como uno de los más importantes representantes de este movimiento. A lo largo de ese recorrido, demostró una gran polivalencia al expresarse mediante distintos recursos: pintor, estampador, grabador, muralista y cartelista. A través de estas herramientas logró plasmar los conflictos sociales de su época, creando obras de gran contenido crítico y social. Sin embargo, nunca perdió de vista las temáticas que lo conectaban íntimamente con su ciudad natal. De esta manera, logró plasmar en sus creaciones el incomparable paisaje del Mediterráneo, impregnado de esa luz especial que transforma nuestros cielos en un espectáculo luminoso. Del mismo modo que supo transmitirnos a través de sus pinceladas, los aromas evocadores, los monumentos y las arraigadas costumbres y tradiciones de su tierra, logrando trasladar así la esencia de su entorno más cercano. El talento de Chicano para reflejar la confluencia y el encuentro entre lo contemporáneo y lo tradicional fue excepcional. Pero su legado tiene otras perspectivas que se entrelazan de forma inherente con su faceta de gestor cultural. Si bien sus obras proyectan un profundo conocimiento de la historia del arte, con su labor en diversas instituciones demostró la implicación que mantuvo siempre con la cultura.
A mediados de los sesenta, participó en la fundación del Ateneo de Málaga, asumiendo el cargo de primer vocal de artes plásticas, donde llevó a cabo una magnífica labor de difusión y acercamiento a los nuevos lenguajes artísticos. También destacó como uno de los Socios fundadores de la Peña Juan Breva y presidente de la Asociación amigos del Museo de Bellas Artes y Arqueológico de Málaga. A mediados de los 80, reafirmó su compromiso como director de la Casa Natal de Picasso. Asimismo, es importante enfatizar que su patrimonio resulta de una gran relevancia tanto en España, como también a nivel internacional. Sus obras han sido exhibidas en prestigiosas galerías y museos, consolidando su nombre como una figura destacada en el ámbito artístico contemporáneo. Málaga, en su constante esfuerzo por convertirse en uno de los principales focos culturales del país, cuenta con una apreciable riqueza artística que merece ser fomentada. Es fundamental que las instituciones encargadas de salvaguardar y fomentar el patrimonio local se muestren sensibles a la hora de proporcionar los recursos necesarios para que el legado de Chicano y de aquel grupo de artistas que desafiaron las convenciones de su época sea reconocido como un valioso patrimonio artístico y cultural.
Este reconocimiento no solo enriquecerá el acervo cultural de la ciudad, sino que también actuará como fuente de inspiración para las generaciones presentes y futuras de artistas. La exhibición permanente de este patrimonio en espacios adecuados aumentará la apreciación del arte local y fortalecerá el vínculo entre la comunidad y su herencia cultural.
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