De Kabul a Pedregalejo

INTRUSO DEL NORTE ·
Y llegará septiembre, con sus noches suaves y sus 'filomenas' de barro

Jesus Nieto Jurado

Lunes, 30 de agosto 2021, 07:51

La no feria. Julián llegó a Málaga a la feria sin feria. Paseó por un centro vivo. Vio otra ciudad distinta a la que imaginaba. ... Se sorprendía de eso mismo, de la vida que había en el Centro. Quizá le inculcaron, como foráneo, otra forma de pensar la ciudad. Pero incluso así la ciudad ha cambiado para bien. No debe caerse, claro, en la autocomplacencia, que sabemos a dónde nos lleva. E invertir en más imagen, en quitarnos ese lastre que algunos imponen de que somos una suerte de Nápoles con flamencas. En ese esfuerzo andamos.

Mal dormir. En estas noches de finales de agosto, como en todas las noches desde que tengo recuerdo, duermo mal y raro. Dicen que puede ser estrés, que es agotamiento. En el de esta noche, en el sueño de esta noche, aparecía Manolo Chaves. No sé cuál es la interpretación más freudiana o la más magufa. Debo cuidar eso que llaman la higiene del sueño. En el insomnio arrastra uno la fatiga pandémica, nueve meses sin pisar el mar se llevan por delante a quien sea. En un pueblo tórrido de Castilla quise oler jazmines que eran otra planta. Por eso sueño lo que sueño.

Kabul. Hay que preocuparse por Kabul, y, como ya dije, llevar Occidente allí con la última gota de sangre. Como sea. Los bárbaros no pueden tener un arsenal, y Estados Unidos, después de la II Guerra Mundial, no ha hecho más que ir quedando, sucesivamente, como Cagancho en Almagro. Es un tema que me preocupa. Geopolítica para empezar el curso.

Fernán-Gómez. Hablo con la hija del genio pelirrojo, con Juan Antonio Tirado, con algún biógrafo suyo. Voy al Gijón y veo su retrato, junto al de Paco Rabal. Pienso rápidamente en qué desapercibidos pasan los genios, incluso en sus centenarios. En eso y en que el cine español se paró sin él y sin Berlanga.

En estas nostalgias que me entran a media tarde, con la lágrima a punto de volcar, he vuelto a pensar en ese proyecto que imaginé -más bien lo imaginó él- con Sergio: un quiosco de espetos con servicio a domicilio a los bañistas. Y también en darle un uso al quiosco de Nazario en Pedregalejo, convertirlo en un 'food truck' sin ruedas, algunas sillas altas. Vender buena carne, café y prensa.

Mediterráneo moral. Mi amigo Nacho Raggio puso en marcha ese concepto que, en el fondo, es a lo que debe aspirar la ciudad sin esquinas. La belleza, la paz, la libertad y el hedonismo que nos merecemos.

Dietario. El mundo es complejo, la ciudad me es esquiva por razones que no vienen al caso. Quisiera ir contando el tranquilo fin de verano, pero algunos días salgo así, con el texto fragmentario de un dietario (la rima es involuntaria). Llegará septiembre, con sus noches suaves y sus 'filomenas' de barro.