Cada día tiene protagonistas individuales que exhiben sus palabras, imagen y hechos, radicando su interés en la importancia, trascendencia y curiosidad del gran público ante su acción. Ello trae fama, buena o mala, ante un auditorio que puede pasar de numeroso a masivo, local, regional, ... nacional o internacional, y su seguimiento está tan justificado como pueda estimarse. Los factores que producen el acercamiento de los interesados son múltiples y, aparte de la objetiva incidencia directa en nuestras vidas, si es el caso, pueden incluir estudiadas técnicas artificiales. En España nos desayunamos cada día con Pedro Sánchez, que no cesa y compite directamente con el café o la tostada. Pero no sólo él, aunque nadie tan insistente como él. Javier Milei, Reynders, Felipe VI, Núñez Feijóo, Bolaños, Netanyahu, Puigdemont y Puigdemont, Tajani, Juanma Moreno… No tanto Yolanda Díaz –ella quisiera–, Calviño, Oscar Puente, Francina Armengol... Son los personajes de importantes relatos por entregas cuyos siguientes episodios están por resolver.

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Milei, el flamante presidente argentino, aún no ha tomado posesión, luego no genera todavía una responsabilidad objetiva. Pero es realmente llamativa su recién estrenada moderación o tendencia a la misma, tras una campaña ausente de la misma. Los argentinos se cansaron de la inflación, de ver como cada día disminuía hasta la nada su poder adquisitivo, las máquinas están agotadas de imprimir dinero y ver descender su valor a velocidad sideral. Se ignora si llegará o no la insinuada dolarización, la supresión de ministerios y organismos, el cribado radical de las ayudas sociales, el abandono o permanencia en grupo de los BRICS, un gran mercado que desafía al bloque político y económico occidental, o tantas otras incógnitas. Lo cierto es que el éxito del Grupo de Puebla y el Foro de Sao Paulo en el contagio europeo, tras haber inundado en inmensa parte los países iberoamericanos, se ha visto muy ensombrecido por la irrupción de este autodescrito dirigente «libertario». Dicen que toda novedad trae oportunidades, Argentina asiste y vive apasionada su realidad a la espera de su provisional destino. Todos pendientes de él –Milei–, de las trascendentes consecuencias de sus decisiones, a vida descubierta.

Entre tanto, Sánchez –también él y sin parar– envía a los suyos a someter su acción de gobierno al «mediador internacional desconocido». Llevando a Suiza la política interna, en tanto se defiende de la crítica y negada por Bolaños preocupación de la UE intentando argüir que nada se tiene que decir de ello en Bruselas por tratarse de: «política interna». También él –Sánchez– desvela nuestro sueño conduciéndose con malos modos o inexistente lenguaje diplomático –otra materia más que ignora por completo– con Israel. Ya retiró su embajadora en su día el Gobierno de Marruecos, luego fue Argelia, ahora Israel, esperemos que el mal no llegue a Italia. Soñamos con que Oscar Puente no sepa muy bien quien es Antonio Tajani y lo deje estar, pero es mejor no soñar. Hay muchos «él» y muchas «ellas» y todos importan al mundo. Los nuestros son innumerables, aunque uno de ellos –Pedro Sánchez– lo ocupa casi todo y en todo está implicado, tanto que algún observador ya descuenta que se trata del inicio de su imparable e involuntaria retirada.

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