Dani Hierrezuelo, José Nogales, Jacinto Castillo, Pedro Cuevas, Javier Imbroda, Enrique Fernández, Pedro Ramírez, Jesús Peña y José María Arrabal, el viernes junto a la Estrella que lleva el nombre del mítico entrenador y actual consejero de Educación y Deporte de la Junta. ÑITO SALAS

Javier tiene estrella

TIRO LIBRE ·

Domingo, 9 de enero 2022, 10:29

Aquel desvencijado Renault 7 matrícula de Melilla tenía rota la puerta del conductor. Sencillamente no abría, aunque no era un problema; se entraba por la puerta contraria y no pasaba más. Subidos a su lomo, de pensión en pensión y con escaso dinero en los ... bolsillos, fuimos a muchos puntos de España y asistimos a clínics, campeonatos, concentraciones del 'equipo nacional' (como le llamaba el gran Antonio Díaz-Miguel a la selección española), charlas y reuniones de básket buscando el dogma y verdades absolutas y aprendiendo lo más importante, que estas en realidad solo están en nosotros mismos porque ni existían ni existieron jamás. Eran los 80 y el baloncesto estaba por saltar a pista por todo lo alto en España y en nuestras vidas, y nosotros estábamos ávidos de vivir y de empaparnos de todo aquello. Allí empezó todo.

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Javier Imbroda –él mismo, deportista y estudioso del deporte– llegó a Málaga siendo un adolescente y, de alguna manera, ya nunca se fue. Varias estancias en Madrid y Sevilla, pero aquí tuvo su casa para no dejarla jamás. Realmente cuando uno tiene la oportunidad de conocer Melilla (y yo lo hice de su mano) y viajar a ella varias veces, se da cuenta de que, más allá de la geografía, del mar de Alborán o de aquello que parece nos separa, Málaga y Melilla son ciudades colindantes y unidas por la historia y por las personas. Por eso todo es más fácil.

Es una persona valiosa y capaz, dotado de una más que reseñable empatía y de ambición para lograr alcanzar todas las metas

Caminamos juntos años y años, crecimos y hemos compartido experiencias humanas y profesionales creando lazos indelebles que ya siempre nos han explicado. Javier es una persona valiosa y capaz, llena de curiosidad, dotado de una más que reseñable empatía así como de la imprescindible ambición para ir más allá y lograr alcanzar todas las metas que se propone. Ha conquistado muchas y muy variadas, y sigue. Reflexivo y extrovertido, un poeta pragmático y triunfador que comparte sus victorias. Al final lo que cuenta en la vida es hacer valer las cualidades que se tienen y prodigarlas de forma útil para ti y para los demás. Solo cuando se quiere y se sabe querer, el mundo sabe corresponder.

Hay personas que viven experiencias en sus vidas que no se pueden explicar simplemente por el azar, que por sus inquietudes y aspiraciones no dejan nunca de explorar en busca de algo más ni dudan en ponerse a prueba para lograr al fin sus propósitos. Saber disfrutar de cada uno de ellos, de los grandes y de los pequeños, es la forma de sentirse vivo, es la felicidad.

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Y eso, en el deporte y en la vida, no se regala ni se compra en ningún mercadillo. Se lucha y se pelea cada día, no esperando pero sí acometiendo los sueños con el desparpajo de aquel joven melillense que absolutamente enamorado de su tierra y de su historia, dos de sus grandes pasiones, con solo dos bolsas de deporte vino a conquistar Málaga y a servirnos a muchos de inspiración.

Su sostén es su familia y sus más firmes convicciones y su fuerza vienen de allí, del norte de África, de su padre, sus hermanos y, sobre todo, de Isabel, su madre, una persona buena y sencilla, fuerte y luchadora… Una gran mujer que no lo tuvo fácil pero que pudo con todo para llenar el equipaje de nuestro personaje de los valores y del ejemplo que valen para toda una vida y como el mejor y más valioso tesoro que uno puede llevar siempre consigo, que no ocupa lugar y que las siguientes generaciones no deben olvidar.

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Solemos pensar que las personas más felices tienen estrella, pero en realidad solo lo son porque saben sacar más lo positivo de todo lo bueno y lo malo que les sucede cada día. Porque las personas que son realmente positivas tienden a ver los problemas que padecen, más que como dificultades, como retos que superar y obstáculos que librar que acabarán ayudándolas a conocerse y sacar lo mejor de ellas mismas. Por eso, y sin lugar a dudas, creo firmemente que la buena estrella existe y por eso creo que Javier la tiene, también ahora y tan merecidamente en Málaga, en su ciudad.

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