Odisea en la web de Renfe

El caso es que, después de comprobar precios y horarios en las tres operadoras... Y qué gusto da eso de decir que tenemos tres opciones para viajar en alta velocidad... Pues después de mucho comparar me decanté por un AVE de toda la vida. Por darme de alta en no sé muy bien qué programa de fidelización, me dieron un cupón del 10% de descuento, que se lo agradezco mucho y que me apresuré a utilizar, que está la cosita 'mu' mala. ¿Y dónde puñetas se mete el código de la promoción? 20 vueltas le di a la web, poniendo el numerito en todos los huecos posibles de la reserva que ya tenía en trámite, antes de darme cuenta de que estaba en la página de inicio, antes incluso de empezar a comprar. Vale.

Ya había conseguido que me admitiese el descuento, y tan contento me dispuse a volver a tramitar la compra desde el principio. En la penúltima página (de los 1.459 pasos que tiene) acepté todos los términos y condiciones y me dispuse a finalizar la compra... «No ha aceptado las condiciones», me dijo el letrerito que me impedía avanzar. Que sí, que las he aceptado, respondía yo, y vuelta para atrás y para adelante. Imposible.

Después de un rato, infructuoso y frustrante, tentado de buscar cualquier otro operador que me quisiera llevar, mi señora, que es infinitamente más lista que yo, propuso intentarlo a través de la aplicación del móvil (hasta entonces estábamos con el ordenador) y esta vez sí conseguimos el dichoso billete del AVE.

Admitiendo mi torpeza, les aseguro que he visto sistemas de encriptado de ciberseguridad más sencillos que esta página. Aprovecho y dejo por aquí sólo una pequeña recomendación a mis amigos de Renfe: la próxima vez que se les ocurra renovar la web sería mejor no encargársela a los informáticos de los operadores de la competencia, que parece que está hecha a mala leche.