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El circo que se ha creado en torno a las predicciones meteorológicas es desquiciante. Vale que todos andamos atacados, porque los precedentes cercanos no son ... buenos y desde hoy va a volver a llover, lo cual en realidad no significa nada. Sí todo el año estamos más o menos pendientes del tiempo, en Semana Santa se convierte en una obsesión general, en una tierra tan cofrade como lo es Málaga. Esta es la única vez en todo el año en la que nadie quiere que llueva. Pero la realidad es tozuda, y si la Pascua se celebra en primavera, pues lo normal es que haya inestabilidad. Los antiguos acuñaron por algo aquello de: en abril aguas mil, y todas caben en un barril.
¿Lloverá este año? Yo desde luego reconozco que no lo sé, aunque después de hacer información meteorológica desde hace más de 20 años tengo mis fuentes y algunas pocas lecturas. Pero con este escenario atmosférico, cualquier cosa que se diga sería una mera conjetura. Lo dicen alto y claro los meteorólogos de Aemet, que son grandes profesionales y la fuente más fiable siempre para hablar de estos temas. El problema es que este campo, como tantos otros, se ha visto que da dinero porque genera audiencias, y en fechas como las de ahora, mucho más. Así que han surgido cientos de webs y de supuestos gurús en las redes sociales, capaces de decir una cosa y la contraria, prácticamente el mismo día y sin despeinarse. En la última semana he leído referencias a presuntas danas que pueden instalarse en el golfo de Cádiz en esas fechas; a anticiclones que se mueven y a nuevas borrascas. Al calentamiento súbito estratosférico en el Ártico, a la corriente en chorro y al cambio climático. Además, por alguna razón se ha instalado una visión pesimista, como si ya algunos dieran por hecho que los tronos no van a poder salir a la calle... Será que estos han aprendido rápido de los medios tradicionales que las malas noticias venden más que las buenas.
En definitiva, toda esa parafernalia y palabrería científica sólo sirve para tapar que, en realidad, no tienen ni pajolera idea de lo que va a ocurrir, y llenan con elucubraciones el espacio para una audiencia ávida de respuestas, e impaciente por la cuenta que le trae. Pero la única verdad es que la atmósfera esta primavera es altamente caótica y cambiante, y todavía dará tiempo a que pase otro tren completo de borrascas antes de que llegue el Domingo de Ramos. Así que, si a día de hoy la probabilidad de que llueva es tanta como de que no llueva, hay que ser más humildes, seguir estudiando los modelos y esperar a que el tablero se aclare. Y, sobre todo, dejarse de cuentos chinos.
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