José Ibarrola

La IA desde la perspectiva del usuario

El desarrollo de esta tecnología se traducirá en mejoras tangibles en campos como el aprendizaje, la movilidad o la contratación de todo tipo de servicios

Ignacio Isasa

Socio de Technology Consulting de EY

Viernes, 23 de febrero 2024, 00:37

Desde que a finales de 2022 irrumpiera en nuestras vidas ChatGPT, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un asunto central en la agenda de las empresas, los medios, las instituciones y también de gran parte de los ciudadanos. Hace apenas una semana OpenAI ... ha presentado Sora, un nuevo modelo de IA que revoluciona completamente la generación de vídeos hiperrealistas e imaginativos a partir de instrucciones de texto. Se trata de una herramienta increíblemente poderosa que podrá usarse para una variedad de propósitos, desde la creación de contenido multimedia hasta la investigación y el desarrollo. Es fácil vislumbrar que nuevos modelos de IA como Sora, unidos a la revolución en el uso de nuevos dispositivos como las Apple Vision Pro, las nuevas gafas de realidad virtual y aumentada de Apple, pueden suponer un punto de inflexión en cómo las personas nos relacionaremos con la tecnología.

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Todo apunta a que nos encontramos en un momento crucial, un punto de ebullición que marcará el futuro de la tecnología digital y condicionará nuestras vidas. Aunque algunos se preguntan si la IA tiene más de bombo mediático que de realidad, no cabe duda de que estamos inmersos en un proceso de cambio profundo que conviene entender y al que hay que adaptarse lo antes posible.

También, como ocurre en los grandes vuelcos tecnológicos, el verdadero cambio se producirá como consecuencia del intercambio de ideas, del contraste de experiencias y de la inteligencia colectiva. En este sentido, encuentros como el Mobile World Congress (MWC) de Barcelona de la próxima semana brindan una oportunidad única para compartir proyectos, testar iniciativas y, sobre todo, mostrar nuevas soluciones que permitan un avance real de la tecnología. Merece la pena destacar la utilidad de este tipo de encuentros en donde profesionales de todo el mundo hablan directamente y ponen en común ideas, a veces contrapuestas, que darán un impulso al proceso de cambio tecnológico que estamos experimentando.

Al hilo de la celebración del MWC, es necesario poner el foco en una idea clave en torno a la inteligencia artificial: su impacto positivo en la vida cotidiana de los ciudadanos. En los últimos meses, el debate sobre la IA oscila entre los apocalípticos y los optimistas; entre los que creen que estamos abocados a vivir en un mundo hipercontrolado plagado de peligros y los que se posicionan en el lado opuesto y afirman que se abren posibilidades infinitas. Al mismo tiempo, el debate se centra en cómo cambiará el mundo del trabajo o cómo los ordenadores podrían sustituir a las personas. Sin restar valor a este tipo de cuestiones, que es preciso abordar y tener muy presentes, creo que también habría que reflexionar sobre las ventajas de la IA en el día a día de las personas.

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Gracias a la ubicuidad y capacidad tecnológica de los dispositivos móviles, la inteligencia artificial abre un abanico de posibilidades casi infinito desde el punto de vista empresarial o de generación de negocio, pero también desde el punto de vista del usuario. Conviene no olvidar que no se trata solo de producir o vender, sino también de facilitar y mejorar la vida de los ciudadanos. Teniendo siempre presente el marco ético y legal al que hay que ceñirse, es importante destacar que el desarrollo de la IA se traducirá en mejoras tangibles en campos como el aprendizaje, la movilidad, la contratación de todo tipo de servicios y por supuesto el ocio. También abrirá oportunidades inimaginables apenas hace unos años para personas con diversidad funcional, permitiéndoles interactuar con sus dispositivos y aplicaciones mediante el uso del lenguaje natural.

Mirar la IA desde la perspectiva del usuario permite apreciar el gran cambio que se avecina y las posibilidades para mejorar procesos o experiencias que todos tenemos que transitar a diario. Muy pronto, empezaremos a disponer de aplicaciones que mediante el uso de la IA nos permitirán optimizar y facilitar nuestro día a día, de muchas formas, anticipándose a nuestras necesidades, gestionando la información para ofrecernos la que mejor se ajuste a nuestros patrones de comportamiento, gustos o preferencias. La experiencia de las personas, en definitiva, acabará siendo uno de los territorios con mayor impacto con la incorporación de aplicaciones que utilicen IA.

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Activar el debate de la IA desde el punto de vista del usuario y generar conversaciones en encuentros profesionales de alto nivel como el MWC es algo sugerente que, sin duda, generará nuevas propuestas y perspectivas. Pero también cabe recordar que es precisamente aquí y ahora donde hay que reivindicar, una vez más, un enfoque responsable de la generación y desarrollo de la IA. Desde Naciones Unidas al World Economic Forum, pasando por la Unión Europea y un buen número de grandes compañías, somos muchos los que compatibilizamos el impulso de la tecnología con un marco ético que garantice un uso responsable y equilibrado de una tecnología especialmente útil pero que también puede ser nociva si no se utiliza correctamente.

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