Los héroes y sus sueños

Sólo pensamos en lo único. La situación se plantea ideal para novelistas y autores de guiones. Sobre un fondo de pandemia, surgen los dramas particulares. Debemos permanecer en casa pues han aplicado la Emergencia Nacional. La Constitución lo permite, aunque estos días descubrimos que esta fuente del derecho tiene algunos artículos torcidos. La Carta Magna afirma que los españoles tenemos derecho a disfrutar de una vivienda, pero no especifica las dimensiones de la misma. No es igual poder salirte un rato al jardín que salir a las diez a aplaudir a los santos sanitarios y poder chocársela al vecino de enfrente. ¿Dónde meten las reservas de papel higiénico los que tienen pisos mínimos? La guerra era esto. Siempre me han interesado los héroes cotidianos, personas normales y corrientes que en un momento dado son capaces de emprender tareas de dioses mitológicos, para después volver a su normalidad, que es la nuestra. Menos unos pocos tontos, que siempre hay, la gente está respondiendo. Me estaba acordando del vicepresidente que incumplió la cuarentena y de las actuaciones de otros políticos.

Un joven de mi calle me dijo que lo avisara si conocía a personas mayores que vivan solas, pues ha organizado un grupo para hacerles la compra. El personal sanitario sigue en primera línea y a los que he tenido el disgusto de tratar estos días me han tratado como a un rey. Unos científicos alemanes avanzan hacia la vacuna y Donald Trump ha ofrecido mucho dinero para que sea de EE UU en exclusiva. ¿Se la venderán? ¿Qué haríamos nosotros en el lugar de los científicos? Cierran los hoteles y cientos de empresas aplican ERTE. Miles de trabajadores no podrán salir de sus casas y cuando pase todo esto no sabrán dónde ir. A algunos habrá que hacerles la compra asumiendo los costes. El periódico da ideas para organizarse en casa, por mínima que sea. China va a enviarnos material y cuando reabran los bazares deberemos aplaudirles también a ellos, aunque no acabo de fiarme de Xi Jinping. En mi barrio la gente se lía y desde las ocho hay una lluvia de aplausos hasta casi las once. Internet está repleto de profesionales que comparten creaciones y me entran ganas hasta de colorear los dibujos de Idígoras y Pachi. A veces es más fácil cumplir las medidas excepcionales y deberemos ser generosos cuando estas terminen y llegue la excepcionalidad de la nueva normalidad. Tardaremos en ser los mismos. Pero podemos ser héroes, lo cual no deja de ser un privilegio. La responsabilidad ahora pasa por permanecer más tiempo en la cama, y eso hace nada era un sueño. Y con sueño... a la cama.