Guitarras en el cielo

Se fue Pau Donés, el 'alma máter' de Jarabe de Palo. Un cáncer de colon se lo ha llevado después de cinco años de tratamiento. Tenía 53 años, un puñado de canciones por cantar y una alegría que contagió hasta en el último estribillo que le conocimos. Esa enfermedad dispara con balas de verdad, quién no conoce a estas alturas el impacto de su metralla. Perdí a mi padre y a más de un buen amigo por el cáncer, y he visto el miedo y el dolor en personas muy cercanas a quienes también les acecha. Es terrible.

La obra de Pau Donés no estuvo siempre en mi prontuario de imprescindibles de la música. Es más, no son muchos los títulos de su repertorio que escogería para perderme en el horizonte. Lo que sí es cierto es que, en determinada etapa personal, conectó totalmente con mi manera de enfocar la vida. Contó las cosas tal y como las sentía en ese momento. Y, en mi opinión, no hay nada más importante en un artista. Tenía yo veintitantos y una de esas letras hablaba de la necesidad de pelear por los sueños, de creer en ellos aunque se trate de hacer flotar «guitarras en el cielo». Yo soñaba entonces que escribía. Hoy ya se trata sólo de sobrevivir.

Luego vino su enfermedad y, sobre todo, la valentía con la que la expuso. No andamos muy sobrados de ejemplos de gente que sepa encajar los golpes más duros sin perder la sonrisa. Y tampoco se me ocurre nada tan terapéutico para quienes afrontan ahora situaciones similares.

Quizá su mensaje más potente fue dejarnos claro que lo único urgente es vivir. Todo lo demás es esperar a que suenen las guitarras en el cielo.