Secciones
Servicios
Destacamos
Jorge Robles Alés
Ingeniero de Caminos. Ex Comisario de Aguas de las Cuencas Mediterráneas.
Jueves, 19 de diciembre 2024, 01:00
El desastre de Valencia ha provocado la reaparición de la polémica sobre el río Guadalmedina y las plazas puentes, por otra parte, latente en todo momento. Los contrarios a las plazas puentes han aprovechado las inundaciones para trasladar la sensación de peligro que supone el ... encauzamiento del Guadalmedina, peligro que se multiplicará con las plazas puentes.
El elemento esencial para poder sustentar la generación de miedo es descargar la misma lluvia de Valencia sobre el Guadalmedina. Ya en la Vieja Grecia los filósofos tenían su polémica entre los que opinaban que «todo está relacionado con todo y nada está relacionado con nada». Platón puso un poco de orden en esto afirmando que «todo está relacionado con algo y que nada está relacionado con todo» (Symploké). Esto último se puede traducir por: seamos prudentes. Eso mismo se pide y eso mismo es lo que se viene haciendo desde el año 83 en pro de la seguridad de los malagueños, al contrario de la afirmación expresada recientemente en la prensa: «No es comprensible que en el Guadalmedina hayan bajado los requisitos, cuando lo que hacen en toda Europa, y lo que dice la evidencia en el entorno, es ir más hacia el lado de la seguridad, ser más exigente». No se han bajado los requisitos, se ha incrementado la seguridad como se explicará más adelante.
Los famosos 600 m3/s se remontan a 1909, tras las inundaciones de 1907, estudiando la presa del Agujero y el encauzamiento de los años 20. En los años 60 y 70 se mostró insuficiente lo realizado, los desbordamientos del encauzamiento eran habituales. Se construyó la presa de El Limonero con un diseño para desaguar 400 m3/s en situaciones extremas de lluvia y estimando una aportación de los arroyos aguas abajo de 200 y una capacidad del encauzamiento de 600. Desde que se puso en funcionamiento la presa nunca se ha desbordado el encauzamiento del Guadalmedina.
Con la implementación de los planes de seguridad de las presas se modificaron las normas de explotación de El Limonero, bajando el máximo nivel de embalse y reduciendo el alivio de la presa a 150 m3/s. Se pasó de 400 a 150 incrementando enormemente la seguridad y adoptando una postura de máxima prudencia.
El Ayuntamiento de Málaga, ante las novedades en la presa, preguntó a la Consejería de Agricultura qué caudal de diseño debía utilizar para sus propuestas. Definido el caudal que podía evacuar la presa restaba saber cuánto podrían aportar los afluentes del Guadalmedina que no descargan en el embalse.
La Comisaría de Aguas se encargó de llevar a cabo el informe que debía dar respuesta al Ayuntamiento. Existían estudios recientes que determinaban ese caudal, daban cifras entre 216 y 260 m3/s. Hubiera sido fácil sumar, pero la prudencia, obligada en este caso, llevó a una revisión de lo realizado hasta la fecha detectando la necesidad de analizar e incorporar nuevos factores que incrementaran la seguridad. En esencia se analizaron:
Las aportaciones sólidas, se incrementaron los caudales calculados por la existencia de dicho transporte de sólidos.
Se segmentó el encauzamiento. Hasta la fecha se hablaba solo de un caudal para todo el tramo desde la presa hasta la desembocadura, cuando es evidente que el caudal que circule a la altura del CAC será superior al que lo haga a la altura del Conservatorio.
Los trabajos realizados no tenían en cuenta, salvo los arroyos Pastelero y Pescadores, que los arroyos descargan al Guadalmedina a través de conductos, y el encauzamiento recibirá lo que pueda transportar dicho conducto nunca la totalidad de la lluvia caída, pues parte irá por las calles. Igualmente, no se había tenido en cuenta que en la parte baja el agua de lluvia no podía entrar en el Guadalmedina, la lluvia caída en calle Larios nunca llega al Guadalmedina. Al analizar estos factores se redujeron los caudales por las aportaciones de la parte baja de la ciudad, pero se mantuvo la máxima avenida en los otros arroyos por mayor seguridad y en la idea, posible pues se ha hecho, de que en algún momento se pudieran incrementar las aportaciones al encauzamiento con nuevos conductos o modificaciones de los existentes. Se estimó que la restauración hidrológica forestal realizada en la margen derecha en 2022 disminuiría un 8% los caudales, pero no se tuvo en cuenta.
Con el análisis de todos los factores posibles se llegó a la conclusión de que la máxima avenida en la parte baja del Guadalmedina sería de 460 m3/s, con 310 de los afluentes, muy superior a los 200 que se tenían hasta el momento de emitir el informe solicitado por el ayuntamiento.
Ante la pregunta que se hacen algunos: ¿Qué pasaría si llueve lo mismo que en Valencia? Yo tengo la respuesta sin hacer estudio alguno: la ciudad de Málaga estaría inundada y los ciudadanos podrían subirse a las plazas puentes mientras baja el nivel del agua en la ciudad.
Estoy convencido de que el Ayuntamiento propondrá obras en el Guadalmedina con la debida seguridad y la administración competente revisará la propuesta para garantizar que se cumple lo reglamentado con la debida prudencia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.