Lo ocurrido en La Malagueta el pasado día 16, miércoles, al finalizar la corrida de la feria que exhibió un gran cartel con José ... María Manzanares, Saúl Fortes y Roca Rey como máximos protagonistas, junto a los toros del albaceteño Daniel Ruiz, fue algo que no sólo sorprendió a la mayoría, sino que hubiese sido noticia de alcance nacional si la fiesta taurina no estuviera estigmatizada y apartada de la casi totalidad de los conductos informativos en nuestro país, que fue, curiosamente, quien la inventó (y después cuidó, mimó y exportó) hace casi mil años, porque la primera corrida de toros documentada se sitúa en el año 1128, en la boda de Alfonso VII de Castilla (hijo de Urraca I de León) y Berenguela de Barcelona, y tuvo lugar en la localidad de Saldaña (Palencia).
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La crónica de la época recogía: «... en que casó Alfonso VII en Saldaña con Doña Berenguela la chica, hija del Conde de Barcelona, entre otras funciones, hubo también fiestas de toros», aunque el toreo moderno, tal como lo entendemos, data del siglo XVIII y se data tanto en Sevilla como en Ronda, y tuvo su origen en 1723, año en que el rey Felipe V prohibió a los nobles torear, práctica que entonces solían hacer, y parece que no con muy buenas formas, a caballo... Sea como fuere, lo cierto es que la imagen que se vio sobre el albero de La Malagueta fue insólita: decenas y decenas de chavales no mayores de 15 años saltaron para arropar, felicitar y jalear a Roca Rey, el torero peruano, que acababa de cortar las dos orejas tras la acertada decisión del presidente de la plaza, Antonio Roche.
Por lo visto, el diestro peruano, casi un niño tanto por su edad como por su aspecto, es el ídolo de la adolescencia taurina, lo que no deja de ser meritorio cuando el toreo, repito, está siendo repudiado y maltratado en diversas comunidades españolas, aunque en Andalucía, Navarra, Extremadura y Madrid tiene una excepcional tabla de salvación, sin duda alguna. Los chavales iban además 'armados' con papel y rotuladores o bolígrafos en busca de un autógrafo del torero que iba a salir a hombros por la puerta grande sólo unos minutos después. Esa misma grey participó en esa tradición en una singular e inédita corte por las calles aledañas al más que centenario coso malagueño. Fue, repito, una escena tan insólita como curiosa. Comentaba Raúl Sender, testigo de la que sin duda fue una tarde de toros de las que hacen afición, que «esto seguro que no sale en los telediarios porque es algo positivo para los toros...». Desde luego, la tauromaquia, a tenor de lo dicho, parece tener mejor salud de lo que creen muchos. Si los niños se acercan a los toros, 'futuro habemus'. Ya saben: dejad que los niños se acerquen a mí... Pues eso.
Al respecto de lo dicho, el actor y humorista malagueño, que desde su retiro de los escenarios hace ahora 15 años vive a caballo entre Calahonda y Madrid, no se perdió una más que gran jornada de feria acompañado de Javier Ferrer. Junto a Federico Beltrán y José Luis Sánchez Domínguez estuvo en la comida organizada por AIOM (Asociación Malagueña para la Investigación Oncológica de Málaga) celebrada con masiva asistencia en la caseta 'El Ruedo', excepcional 'invento' del abanderado Jorge González desde hace muchos años en el hotel que dirige, el ACMálaga Palacio, después los toros y paseo ferial en una jornada intensa, como todas las de una feria que está siendo excepcional y que hoy finaliza. Hablando de Raúl Sender, el actor, malagueño pero 'zaragozano de nacimiento por accidente', espera lo que se merece: el título de 'Hijo Adoptivo de Málaga'. Pocos han alardeado más de malagueñismo que él.
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Lo mismo que pocas veces se ha visto tanta animación en el centro como en el real, especialmente en este último, donde la asistencia de público ha sido masiva. Cualquier jornada, por el día o por la noche, te dabas una vuelta por el real y encontrar un hueco costaba trabajo. Como ocurrió en la caseta Siempre Así, una de las más veteranas, que capitanea Juan Rambla, y que en la noche del domingo celebró una gran fiesta de homenaje por su despedida del arbitraje de Daniel Hierrezuelo, que estuvo acompañado por su familia y por numerosísimos amigos, comenzando entre otros muchos por el presidente de la Junta, Juanma Moreno; la consejera de Economía, Carolina España; el alcalde Francisco de la Torre, o el director de SUR, Manuel Castillo... Hierrezuelo estaba desbordado, y aunque triste (a nadie le gusta jubilarse si lo que haces es tu vida y tu pasión), muy feliz. Lo mismo que una Teresa Porras que pese a que en aquellos momentos sólo hacía 24 horas que la fiesta acababa de comenzar, no paraba de recibir felicitaciones y enhorabuenas por una feria, repito, que está siendo excepcional. Un único 'debe', la necesidad de más restaurantes 'de nombre' en el real, aunque es verdad que muchos habían mostrado su interés por estar en Teatinos (aquello es negocio), no pudieron hacerlo por falta de personal cualificado y también decidido a trabajar, que hay quien prefiere seguir cobrando de la sopa boba asistencial subvencionada (ojo no confundir con quien de verdad sufre esa lacra que es estar parado sin quererlo).
Casetas como La Canasta y La Reserva, con Antonio Cárdenas y José Gómez al frente, o El Pimpi han estado a reventar todos los días, con un gran ambiente. El real de la Feria de Málaga (que este año ha celebrado su XXV aniversario, por lo que incluso hubo tarta con velas y música del cumpleaños feliz) es un 'pedazo' de real, con aire acondicionado en el 99 por ciento de las casetas, y con una arboleda en su bulevar central que ya ha adquirido su mayoría de edad. Pero entre los elogios, también un ruego: la recepción oficial tiene que ser eso, la gran fiesta de Málaga en grande, no un extraño 'mix' donde las ausencias son más comentadas que las presencias... Se echa en falta una gran recepción oficial, con el 'todo Málaga' arropando la fiesta conmemorativa de la entrada de los Reyes Católicos en la ciudad en 1487 y que se 'refundó' en la penúltima década del siglo XIX ante la gravísima crisis económica que vivía la Málaga de entonces. Y es que la feria es también uno de nuestros grandes pulmones económicos, y actualmente ha adquirido una fama que ya gustaría a no pocos eventos del mismo tipo en el resto de España. Tal éxito hoy de lo que a finales de los años 70 del siglo pasado parecía sin futuro alguno en vías de extinción no es poco mérito...
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Hoy domingo se termina la feria y eso aquí es prácticamente decirle adiós a las vacaciones. Disfruten de este agosto, que se nos escapa. El tiempo vuela, y no podemos permitirnos el lujo de la tristeza: ¡sean felices!
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