A cada uno lo suyo

Gaza: Grandezas y miserias del Derecho Internacional

Domingo, 31 de marzo 2024, 01:00

Más de tres meses lleva Israel bombardeando Gaza. Estamos en 2024 y asistimos con horror a un número de muertos y heridos, así como al desmantelamiento de viviendas e infraestructuras, que se pensaba alojados en el pozo negro de la historia protagonizada por nazis y ... otros de similar ralea. A la muerte y destrucción se une la terrible realidad del hambre, con grave peligro de una inseguridad alimentaria catastrófica (el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas ha sido taxativo: «Los niños en Gaza están muriendo de hambre»). De todo esto tendrá que responder Israel ante la comunidad internacional y sus tribunales. Se equivocan los que piensan en la absoluta inoperancia del ordenamiento internacional, y cabe observar una luz de esperanza ante la demanda de Sudáfrica contra Israel por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), a la que pronto se puede unir la Corte Penal Internacional, respecto a la responsabilidad penal de los genocidas.

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Por lo pronto, la Asamblea General de la ONU ha aprobado una resolución para pedir un alto el fuego humanitario y un acceso humanitario seguro a Gaza. En el ámbito judicial, el 6 de marzo, la CIJ dicta una Orden sobre medidas provisionales, reiterando la del 26 de enero, pero de forma más taxativa (ya no pide a Israel «facilitar» la asistencia humanitaria, ahora debe asegurarla manteniendo abiertos todos los pasos terrestres. ¿Se puede llegar a más? Obviamente sí, pero en Derecho Internacional, donde casi todo depende de la voluntad de estados soberanos, es un paso, aún cuando lo deseable hubiera sido ordenar la suspensión de operaciones militares como el medio más idóneo para el cumplimiento de las medidas ordenadas (y así lo mantiene alguno de los jueces en sus declaraciones anejas a la Orden). Y un paso más. El 25 de marzo, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó la resolución 2728, exigiendo un cese al fuego inmediato en Gaza, después de una ardua negociación, y con la abstención de EE UU, que antes había vetado en 3 ocasiones proyectos de resolución esa misma medida. Nadando y guardando la ropa, representantes de EE UU advierten de que esta resolución no es vinculante para sus destinatarios, algo que queda desmentido por el propio tenor de la parte dispositiva de la resolución, que no recomienda, sino que «exige». Si Israel no cumple este mandato, el Consejo de Seguridad podría adoptar medidas coercitivas (como un embargo comercial y sobre armamentos).

Y para colmo, no faltan los aliados incondicionales de esta barbarie. El Sr. Aznar afirma sin rubor que «Israel tiene que acabar su acción; imagínese que Israel no termina eso y que eso se queda enquistado», es decir, debe seguir matando inocentes. En la misma línea, el actual presidente argentino, el Sr. Milei, en CNN, declara que «Israel no está cometiendo ni un solo exceso». Sobran los comentarios, estas palabras califican a sus autores.

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