Parece mentira que hayan pasado dos años desde la agresión rusa a Ucrania y, sobre todo, parece mentira que Ucrania haya sido capaz de resistir esta salvaje agresión y hacer frente a Rusia. Hace dos años, se daba por hecho en la mayor parte de ... la opinión pública europea que la agresión iba a ser completa y que iba a llegar hasta Kiev. También se pensaba que iban a cambiar de gobierno por uno títere de su confianza y que el gobierno de Zelenski iba a exiliarse en algún país extranjero. Sin embargo, esto no ha sido así y Rusia llegó a ocupar casi el 60% del territorio en los dos primeros meses y durante estos dos años, especialmente durante el primero, tuvo que ir abandonando lo que había conquistado, ocupando en la actualidad algo menos del 15% de su territorio.
En este tiempo, el conjunto de las instituciones de la Unión Europea, los Estados miembros y la sociedad civil europea han apoyado con fuerza a Ucrania y a su pueblo para hacer frente a esta agresión. El respaldo ha sido tanto institucional, (desde el mismo día de la agresión, hubo un Consejo Europeo extraordinario donde la Unión Europea respaldó a Ucrania sin límites) como político de todos los Estados miembros como diplomático a través de posicionamientos completos en diversos foros internacionales.
Quizá lo más importante, que a veces se olvida, ha sido el apoyo de la sociedad civil, especialmente desde el punto de vista humanitario. No debemos olvidar que ha habido una aplicación de la directiva de asilo temporal de 2011 (que por cierto es la primera vez que se aplicaba) por la cual se han asilado en los países europeos hasta ocho millones de ucranianos, si bien actualmente son menos ya que al liberarse el territorio algunos han vuelto. También ha habido una importante asistencia hospitalaria a los heridos en la guerra, en muy buenas condiciones, donde se han asistido a más de cien mil soldados y heridos en los bombardeos. La sociedad civil europea se ha volcado con los ucranianos en todos los sentidos.
Hay que recordar también que ha habido una ayuda económica sin precedentes, por parte de la Unión Europea y los Estados miembros y un apoyo militar que no se esperaba. Es la primera vez que la Unión Europea hace un apoyo masivo de carácter militar a un Estado asociado, como es Ucrania. El último paquete de ayuda que se ha aprobado en el Consejo Europeo de febrero, es nada menos que de cincuenta mil millones de euros. Con lo cual la ayuda europea está siendo superior a la de Estados Unidos e incluso la militar tiene ya parecido alcance, ya que desde octubre los Estados Unidos no consiguen aprobar la ayuda prevista de sesenta mil millones de dólares. Además no va a ser fácil que lo hagan efectivo, debido a que tanto la sociedad norteamericana, como el Congreso de los Estados Unidos están profundamente divididos respecto a la ayuda a Ucrania.
De tal manera que a pesar de lo que dicen algunos medios de comunicación, el apoyo europeo especialmente de la Unión Europea y de la sociedad civil está siendo completo. Así lo manifiestan las encuestas, que indican que incluso está ahora por encima del 80% el apoyo de la ciudadanía a la política europea en favor de Ucrania. Lo importante ahora es que ese respaldo continúe con la misma intensidad e incluso con más, con objeto de que la agresión termine cuanto antes y las tropas rusas se retiren definitivamente del territorio ucraniano invadido. Es importante que quede claro que esto es posible y además necesario. Lo que se está dilucidando en la agresión a Ucrania es nuestro modelo político y social de la Unión Europea, en el que Ucrania está intentando incorporarse plenamente.
Precisamente uno de los apoyos más importantes que ha dado la Unión Europea a Ucrania ha sido que el Consejo Europeo de junio de 2022 le ha concedido el estatuto de país candidato, junto a Moldavia y con algunas condiciones con Georgia. Posteriormente, en decisiones tanto del Consejo como de la Comisión, se han iniciado las negociaciones para ser país miembro y de momento van bastante rápido, más rápido de lo que se pensaba. Hay que recordar también, que el Consejo de Asuntos Exteriores de primeros de octubre, se celebró en Kiev, cuando empezaba a trascender las dificultades que tenían los Estados Unidos para seguir manteniendo su ayuda. El Consejo se trasladó por primera vez a un país no miembro de la Unión Europea, para dejar claro que el apoyo de la Unión Europea era completo, incondicional y permanente, independientemente de la posición americana.
A veces, en algunos medios, aparece la guerra como si fuera lo mismo el agresor que el agredido y que uno es un país completamente autocrático y el otro estaba en el camino de ser una democracia, pero sobre todo se olvida de la brutalidad del actual régimen ruso. Desgraciadamente, nos ha abierto los ojos la muerte, en condiciones extrañas, de Alekséi Navalni el 16 de febrero. Es impresionante la actitud que han tenido sus seguidores y especialmente su viuda, que está dispuesta a volver a Rusia para defender las ideas que tenía en común con su marido. Ha sido importante, una vez más, que en Europa tanto en las instituciones como en los Estados miembros ha habido una reacción contundente contra esta desaparición, entre ellos llama la atención la propuesta de unos miembros del Parlamento Europeo de que una de las dependencias del Servicio Exterior lleve su nombre.
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