Firmeza y negociación

La orden ejecutiva firmada este jueves por Donald Trump, imponiendo aranceles recíprocos a los países que gravan productos estadounidenses, afectará especialmente a la Unión Europea, ... a la que se acusa de imponer un gravamen encubierto a través del IVA. Trump sostiene que la orden tiene por objetivo igualar las tarifas que otras naciones aplican a las exportaciones de EE UU. Pero la medida es desproporcionada porque puede socavar la relación comercial entre socios que llevan décadas trabajando para favorecer el comercio bilateral reduciendo las barreras comerciales. E injusta, porque la UE es una de las economías más abiertas del mundo con un 70% de las importaciones con aranceles cero. El intento de equilibrar, a base de gravámenes arbitrarios la balanza comercial de EE UU deficitaria con Europa, se aleja de la tradicional relación de cooperación entre socios y requiere una respuesta firme e inmediata. Pero antes de que que se desate una batalla de aranceles, junto a las ya anunciadas sobre el aluminio y el acero del 25%, Bruselas y Washington deberían sentarse a dialogar. Priorizar las negociaciones sobre las medidas de represalia es un paso inexcusable para evitar una guerra comercial en la que nadie gana.