Secciones
Servicios
Destacamos
Sumidos en una auténtica película de suspense, robo y corrupción, los dedos se nos hacen huéspedes ante la ansiada celeridad de la justicia. Es cierto ... que la señora cegada de la balanza es inexorable, pero su lentitud exaspera al más pintado. Finalmente, aquella letra que Aldama señaló a Koldo resultó ser de su propio puño, por muy operado que tuviese su brazo, ese manuscrito de preadjudicaciones públicas -tal y como han certificado los peritos judiciales- es de su autoría. Una más -otro apunte- en el debe de la trama, que no cesa. Causa estupor tener noticias de esas señoritas contratadas por empresas públicas por encargo de Ábalos, no sólo fueron enchufadas en su puesto, sino que cobraban sin trabajar. Oigan, sin ir a trabajar un solo día. Todos los altos cargos interrogados en la Comisión creada al efecto en el Senado reconocen saber algo, haberlo oído o leído un papel... Pero nadie admite la responsabilidad de su nombramiento ni del mantenimiento del empleo, aún sin asistir ni realizar tarea alguna. Lo de llamar a alguna de estas interfectas con el sobrenombre de «sobrina del Ministro» es una auténtica broma de pésimo gusto, tampoco dejaría de ser más que chusca la situación de haber sido cierto el parentesco. Presuntas adjudicaciones, subvenciones millonarias, mediaciones, comisiones, sueldos, inmuebles hispanoamericanos, negocios de hidrocarburos... Un no parar, un también presunto rosario de casos imposible de imaginar y con mucho dinero en juego. Seguir la pista de una conducta y un estilo conocidos y vergonzosos, aparentemente con muchos cómplices por acción u omisión en los aledaños del Gobierno. Ya saben, explicaciones no hay ni ha habido ninguna, más allá de aquel fango perdido al que ya tampoco se hace demasiada alusión, o ligeras menciones de los llamados «bulos fachas reflejados en los pseudomedios».
Tampoco anima demasiado ese largo caminar de la causa judicial, instada por el Tribunal Supremo, contra el Fiscal General del Estado, señor García Ortiz, sus borrados de teléfono y su empírico e inexpugnable apego al cargo. O el caso Begoña Gómez, aplazamientos y excusas alargan la investigación, amén de una falta de colaboración indiscutible. Hay un auténtico tropel de episodios sospechosos, buena parte de ellos judicializados y algunos otros que se teme que aparecerán, tras profundizarse en los primigenios. Es la deriva de unos gobernantes envueltos en la sospecha y el escándalo y cuyas decisiones políticas, lejos de ser ideológicas u opinables, van más en la línea de mantenerse contra viento y marea. Ahora llaman «resiliencia» a la capacidad para afrontar eventos difíciles, una cursilada que muy bien puede titular -en el peor sentido de la palabra- lo que protagoniza el grupo, banda o «equipo» que aún se mantiene en Moncloa.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El mastodonte de Las Contiendas y las diferencias con un mamut
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.